Los días siguen pasando, y mientras las cifras de contagios y muertes por el coronavirus continúán aumentando en Estados Unidos (ya van 678,210 infectados y 34,641 fallecimientos), la pregunta que millones de personas se están haciendo es ¿cuándo volverán las cosas a la normalidad?
Y aunque la respuesta exacta nadie la tiene hasta el momento, en su último pronunciamiento sobre el Covid-19, el presidente Donald Trump pasó la responsabilidad de responder a este interrogante a cada uno de los estados. Serán los gobernadores los que que deberán decidir si están preparados o no para reabrir sus negocios y escuelas y levantar las cuarentenas, dependiendo del nivel de contagios.
Trump incluso dijo que algunos estados están listos para abrir “mañana mismo”, pero la realidad no es tan fácil como tronar los dedos, advirtió el gobernador Andrew Cuomo, quien ha asegurado que para evitar que el virus se propague de manera peor, hay que ser “muy inteligente y cauto” y manejar la reapertura de la vida normal paso a paso, sin acelerarse.
El punto primordial para regularizar las cosas es garantizar que el virus está en un nivel muy bajo de contagios, que se puedan rastrear los nuevos casos y que la población se someta a las pruebas del coronavirus para establecer a quienes ya les dio la enfermedad, ver quienes ya desarrollaron anticuerpos contra el virus y que sean estos quienes puedan regresar primero a sus sitios de empleo.
Y aunque Trump ha mostrado que prefiere que las economías de los estados se reactiven lo más pronto posible, por las enormes pérdidas que está generando esta situación, en su último discurso dejó ver que ya entendió que hay que trabajar en un “regreso a la normalidad” paulatino y no acelerado.
Por ello, el mandatario explicó que antes de dar la orden de reabrir las cosas, los gobernadores deben tener estar muy vigilantes a los datos y pasar por tres etapas, que marcan la hoja de ruta del gobierno para regularizar el país.
En sus pautas federales, Trump advirtió que las medidas de distanciamiento social, la reapertura económica y el fin de las cuarentenas generalizadas, se levantarán progresivamente de la siguiente manera.
Fase 1:
Para empezar esta etapa, el gobierno federal advierte a los estados que las cifras de contagios por coronavirus deberán haber disminuido de manera constante en un periodo de 14 días y los hospitales estar funcionanado con normalidad, controlando el manejo de todos los pacientes que lleguen. En esta etapa, la escuelas seguirán cerradas, continuará la prohibición de visitas a hogares de ancianos y hospitales, al igual que las aglomeraciones de más de 10 personas. La mayoría de personas seguirá trabajando desde sus casas y aquellos negocios como restaurantes, gimnasios o cines podrán abrir, pero bajo normas de distanciamiento social.
Fase 2
En la segunda etapa, considerada como el puente, las escuelas pueden reabrir, al igual que los bares, pero no podrá haber más de 50 personas en esos sitios. El trabajo desde casa seguirá, pero los viajes no esenciales empezarán a ser permitidos.
Fase 3:
Esta etapa es adonde todos queremos llegar. Aquí ya todo se regularizará, las visitas a hospitales y hogares de ancianos se reactivarán, los sitios de empleos operarán sin restricciones, pero se advierte que negocios como bares, restaurantes y cines tendrán que seguir cumpliendo normas de distanciamiento social hasta nueva orden.
Ya con un tono menos autoritario, y cambiando su postura inicial, el presidente pidió paciencia y reafirmó que las cosas se harán “paso a paso” y “cuidadosamente”.
“Estamos comenzando de nuevo nuestras vidas. Estamos comenzando a reactivar nuestra economía de una manera segura, estructurada y muy responsable”, concluyó Trump, advirtiendo que mientras estados como Montana, Wyoming, Dakota del Norte, pudieran empezar ya su fase 1, otros como Nueva York o Nueva Jersey, epicentros del brote se demorarán mucho más en llegar a la normalidad. De hecho los gobernadores de estos dos estados ampliaron la pausa y las cuarentenas por un mes más.