Un asesino convicto fue arrestado días después de ser liberado de la cárcel Rikers Island de la ciudad de Nueva York por los temores del contgaio del COVID-19.
Según el New York Post, James Little, de 40 años, fue encerrado en Rikers a principios de marzo por cargos de estrangulamiento, pero fue liberado el 28 de marzo debido al brote del coronavirus.
Según el informe, el recluso supuestamente intentó robar un banco Apple Bank en la ciudad de Nueva York el 7 de abril. La policía dijo que Little siguió en su robo las normas para evitar contagios, pues llevaba guantes y una máscara facial.
El sujeto intentó robar el banco pasando una nota al cajero que atendía, en la que le decía “dame dinero”. Pero aparentemente dejó el banco con las manos vacías, pues no logró su cometido.
Al día siguiente, el ladrón fue arrestado por la policía. Según el informe del New York Post, la policía ha vinculado a Little con otros dos robos a bancos que tuvieron lugar antes de que fuera encerrado inicialmente.
El 26 de diciembre y el 23 de enero, dos bancos fueron robados en el centro de Manhattan: la policía cree que Little robó a ambas instituciones financieras, escapando con $1,000 por cada robo.
Little tiene una larga historia en prisión. En 1995, fue sentenciado a siete años de cadena perpetua luego de declararse culpable de un asesinato que cometió cuando tenía 15 años. Terminó purgando 20 años y fue puesto en libertad condicional en 2016.
The New York Post informó además que decenas de reclusos fueron liberados de la cárcel de Rikers porque eran vulnerables a contraer el coronavirus.
La noticia del arresto en la Gran Manzana se da justo cuando en la ciudad de Nueva York las autoridades revelaron que los latinos están poniendo la mayor cantidad de muertos en medio de la pandemia.
Así lo reveló el propio alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, quien informó con mucha preocupación que las cifras de contagios y fallecimientos a causa del peligroso virus está siendo desproporcionado y está afectando mayormente a los hispanos, una de las comunidades más vulnerables, donde hay gran número de inmigrantes indocumentados.
El mandatario local reveló que datos de los hospitales de la ciudad mostraron que el 34% de los fallecidos por el COVID-19 son de origen hispano, a pesar de no representar la mayoría de población de la ciudad, pues representan solo el 29%.