El aumento de migrantes llegando a la frontera desde Centroamérica, con la esperanza de que el gobierno de Estados Unidos les permita entrar y tener una oportunidad para comenzar una nueva vida y buscar el sueño americano, se ha convertido en un problema para la Administración Biden.
Las imágenes de familias enteras queriendo cruzar el Río Bravo, o pasar la frontera desde México hacia territorio estadounidense, al igual que los datos y las fotografías de menores no acompañados albergados bajo malas condiciones por las autoridades fronterizas, han hecho que el Gobierno Biden reciba duros ataques y cuestionamientos sobre el manejo que está dando su Administración a la crisis fronteriza. El mes pasado la Patrulla Fronteriza arrestó a unas 168,000 personas, la cifra más alta en un mes desde 2001, dijo Reuters.
Y viendo que las labores adelantadas, junto a la advertencia clara de que expulsarán a adultos y familias que intenten cruzar, y el llamado directo a que migrantes no vengan en este momento a Estados Unidos, no han funcionado para poner freno a la avalancha de centroamericanos llegando a diario, la Adminstración Biden está considerando seriamente dar dinero para que los migrantes se queden en sus países.
Así lo reportó la agencia de noticias Reuters, donde se explicó que el gobierno Biden analiza un “programa de transferencias monetarias condicionadas” a naciones del llamado Triángulo Norte: Guatemala, Honduras y El Salvador
La noticia fue anunciada por Roberta Jacobson, saliente coordinadora de la frontera sur de la Casa Blanca, quien en diálogo con Reuters mencionó que se estudia el envío de más dinero a Centroamérica, aunque no reveló detalles del plan, que no incluiría entrega directa de los fondos a potenciales migrantes, sino que impulsaría programas a través de entidades gubernamentales y organizaciones.
“Estamos analizando todas las opciones productivas para abordar tanto las razones económicas por las que la gente puede estar migrando, como las razones de protección y seguridad”, advirtió Jacobson al hablar del posible plan de ayuda monetaria que estudian.
“Lo único que puedo prometerles es que el gobierno de los Estados Unidos no entregará dinero o cheques a la gente”, aclaró la funcionaria.
Reuters advirtió que la propuesta lo que haría es aumentar las ayudas que desde hace mucho se vienen dando a países de Centroamérica, algo que no es nuevo, pues a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), incluso actualmente se están dando transferencias de efectivo en programas “para ayudar a las personas a satisfacer sus necesidades básicas”.
Biden desde enero pasado ya había hablado de su plan de usar $4,000 millones de dólares para ayudar a Centroamérica en una inversión a 4 años, y el viernes, de acuerdo con Reuters, el gobierno pidió $861 millones al Congreso para Centroamérica, lo que representa casi un 70% de aumento de los fondos que se entregaron este año, estmados en $500 millones.
Aunque la iniciativa de ayudar económicamente a Centroamérica para poder frenar de alguna manera los deseos de muchos de migrar hacia el norte es vista por algunos como una opción funcional, también ha recibido duras críticas de opositores que no ven con buenos ojos que recursos que pueden ser invertidos en Estados Unidos a ayudar a personas necesitadas, se manden hacia afuera.
“Es un insulto para los millones de estadounidenses que están sin trabajo o que enfrentan la desesperación en nuestro país”, manifestó Kevin McCarthy, líder republicano de la Cámara de Representantes, en un comunicado.
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