Después de casi nueve meses de luchar por su vida en el hospital, Guillermo “Memo” García falleció el sábado por sus heridas sufridas durante el tiroteo en El Paso, Texas, el año pasado, según informó El Paso Times. García fue el último paciente en el hospital como resultado del tiroteo masivo, que tuvo lugar en un Walmart el 3 de agosto de 2019.
“Después de una pelea de casi nueve meses, nuestros corazones están destrozados al informar que Guillermo ‘Memo’ García, nuestro último paciente restante que recibió tratamiento por el tiroteo en El Paso, falleció”, dijo el CEO del Centro Médico Del Sol, David Shimp, en un comunicado. La muerte de García eleva el número de muertos por la masacre en El Paso a 23.
A García le sobreviven su esposa y sus hijos.
“Me gustaría agradecer a la comunidad por todo el amor, el apoyo y las oraciones”, dijo Jessica García, recordando a su esposo, en un comunicado a KFOX14. “En nombre de la familia García, nos gustaría dar a la comunidad la oportunidad de presentar sus respetos, pero debido a las circunstancias actuales, sentimos que en este momento no es adecuado”.
El día del tiroteo, García y su esposa estaban vendiendo limonada fuera del Walmart para recaudar dinero para el equipo de fútbol de su hija cuando el hombre armado abrió fuego, según NBC News.
Ambos fueron hospitalizados por sus heridas. En la semana siguiente al tiroteo, Jessica se levantó de su silla de ruedas para dar un discurso fuera de la cárcel donde el sospechoso, Patrick Crusius, estaba bajo custodia.
“El racismo es algo que siempre quise pensar que no existía. Obviamente, sí”, dijo García en su discurso. “Y estoy aquí para decirles a todos que puede que nos haya paralizado un poco, pero como yo, con mis heridas, nos levantaremos y vamos a luchar”.
Crusius fue acusado de crímenes de odio federales en octubre. Un manifiesto de cuatro páginas publicado en línea minutos antes del tiroteo ha sido vinculado a Crusius. El documento incluía retórica antiinmigrante dirigida a la población hispana, según el New York Times. El tiroteo del 3 de agosto se considera el mayor ataque terrorista cometido contra la comunidad Latina en la historia moderna.
Walmart respondió al tiroteo en El Paso imponiendo verificaciones de antecedentes más estrictas y descontinuando la venta de algunas municiones.
En respuesta al tiroteo, Walmart emitió una declaración pública que describe los cambios en las políticas de su tienda en relación con las armas y municiones. En particular, la tienda prometió suspender la venta de pistolas y municiones para armas de fuego, además de municiones para rifles que pueden usarse para armas de estilo militar.
La compañía también estableció que, en los estados con leyes de “transporte abierto”, a los clientes no se les permitiría traer armas dentro de Walmart o Sam’s Club, con excepción de los agentes de la ley. No hay nuevas restricciones para aquellos con permisos de ocultación y transporte.
“Finalmente, alentamos a los líderes de nuestra nación a avanzar y fortalecer las verificaciones de antecedentes y eliminar las armas de aquellos que se ha determinado que representan un peligro inminente”, se lee en el comunicado. “No vendemos rifles de estilo militar, y creemos que la reautorización de la prohibición de armas de asalto debería debatirse para determinar su efectividad”.