Hace pocos días varios laboratorios informaron al mundo la eficacia de su vacuna contra el virus del Sars-Cov-2. En el mes de noviembre la alianza germano-estadounidense de BioNTech-Pfizer fue la primera, al afirmar que su vacuna era 90% eficaz, dos días después Gamaleïa de Rusia, supera a la anterior, anunciando un 92% de eficacia, seguidos por la empresa estadounidense Moderna, con una cifra espectacular que asciende a 94,5%. Pero el pasado 18 de noviembre, BioNTech y Pfizer luego de concluir con sus estudios clínicos finales, fue más allá y mejoró la eficacia hasta el 95%.
En ese momento, la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA) se reunió el pasado jueves y viernes para llevar a cabo el proceso de aprobación de la vacuna en el territorio de los Estados Unidos.
Estas empresas farmacéuticas han indicado que la mayoría de las vacunas al momento de ser aplicadas, requerirán que el programa de inmunización para que sea 100% completo, debe de suministrarse dos dosis inyectables de la misma.
¿Por qué dos dosis?
La explicación está, en que cada categoría de tecnología que usan las vacunas funciona bajo un principio básico que es enseñar al sistema inmunológico del cuerpo a reconocer y bloquear los virus. Todas las vacunas tienen como objetivo activar las células T auxiliares del sistema inmunológico, que son responsables de detectar la presencia de un virus. Indican a las células B que creen anticuerpos que impidan que el virus pueda replicarse y que las células T-killer destruyan las células infectadas. Algunas vacunas pueden activar solo una parte de esta respuesta inmunitaria, de ahí que se necesite una segunda dosis para una respuesta inmunitaria completa.
Para el infectólogo Lautaro de Vedia, ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), la población debe aplicarse la segunda dosis y no confundir con que ya están inmunizados a la primera aplicación de la vacuna. “Eso hace que la respuesta inmunológica sea más potente, sino estamos haciendo algo incompleto y vamos a tener una respuesta mínima. Es normal que durante la primera dosis aparezca algún efecto adverso muy efímero y puede ser que no quieran aplicarse la segunda dosis. A pesar de eventos adversos leves y totalmente pasajeros, eso no tiene que impedir que vayamos con entusiasmo a vacunar la segunda dosis”.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades CDC anticipándose al posible desconocimiento, olvido o negación de la segunda dosis de la vacuna dentro de la población, tiene contemplado dentro de sus proyectos el suministrar libretas de vacunación para cada paciente, junto con las provisiones de dosis para cada estado. “También promueve que los departamentos de salud pública y los hospitales envíen recordatorios sobre la segunda dosis”, agregó el artículo. “Esto es importante porque incluso un régimen completo de la vacuna podría ofrecer solamente una protección parcial sobre el COVID-19, y una dosis probablemente brinde menos todavía”.
¿Cuál es la actitud de la personas frente a la vacunación?
Desde el punto de vista psicológico, de acuerdo a un estudio publicado en la revista científica PLOS ONE, hay un correlato importante del comportamiento de vacunación, es la confianza en la vacuna, que se refiere a las actitudes y creencias relacionadas con los beneficios y la seguridad de las vacunas, así como la confianza en los proveedores de vacunas, como los trabajadores de la salud, las autoridades de salud y responsables políticos. Así mismo, de acuerdo con la investigación, las personas que perciben las vacunas como menos beneficiosas y seguras, rechazan con mayor frecuencia las vacunas programadas para sus hijos y las vacunas para ellos mismos.
Con base en lo anterior, respecto de la vacunación en contra del Covid-19, son muchas las candidatas con distintas tecnologías y plataformas de desarrollo, pero todas coinciden en que una segunda dosis se daría semanas después de la primera dosis o incluso un mes después de la primera aplicación.
De ahí que aparece entonces uno de los mayores inconvenientes en la aplicación de las dos dosis. Es como se dijo anteriormente, el comportamiento humano del olvido, del impedimento, de cualquier excusa que justifique el cese del programa de vacunación, es una realidad que sucede con otros planes de vacunación para otras enfermedades. “Es la conducta humana normal, más allá del COVID-19”, dijo Azra Behlim, director de la empresa de cuidado de la salud Vizient.
De hecho, el médico psiquiatra y psicoanalista Pedro Horvat explicó que el ser humano es un animal de hábitos y costumbres porque confía que estos son buenos para su vida: “Estas costumbres a veces están avaladas por la práctica empírica que nace de la experiencia, pero también hay otras que nacen desde los prejuicios y las creencias que no estarían comprobadas exactamente en la realidad, y esto puede pasar con considerar si darse o no la segunda dosis porque ya me siento ‘protegido’”. Explicó Horvat que “El éxito de la campaña de vacunación va a depender de la comunicación, y eso depende de quién lo comunica ya que las conductas sociales derivan de este tipo de factores”.
Sin embargo, el documento también señala que la vacuna, llamada BNT162b2, parece proporcionar «cierta protección» contra el Covid-19 después de una sola dosis. El documento describe la eficacia de la vacuna de Pfizer en el tiempo entre la primera y la segunda dosis como 52,4%, pero este señala que «la eficacia observada después de la primer dosis y antes de la segunda dosis, a partir de un análisis post-hoc, no puede respaldar una conclusión sobre la eficacia de una sola dosis de la vacuna, porque el tiempo de observación está limitado por el hecho de que la mayoría de los participantes recibieron una segunda dosis después de tres semanas».
La Administración de Medicinas y Alimentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) autorizó el pasado viernes el uso de emergencia de la vacuna contra el Covid-19 de Pfizer-BioNTech. Siendo la primera vacuna contra el Covid-19, la BNT162b2 de Pfizer, por lo que alrededor de 20 millones de personas estarán prestos a recibir sus dos aplicaciones inyectables de 30 microgramos de la misma, con un intervalo de 21 días entre la primera y segunda dosis, lo que significa un gran paso para dar fin a una pandemia que puso en jaque a millones de ciudadanos en el mundo, y que en EE.UU se cobró la vida de casi 300.000 personas.
Al fin se empieza a desvanecer la oscuridad, la quietud, el miedo y el silencio, y aparece para miles de personas una luz al final del túnel.
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