Un hombre contrató a sicarios para que mataran a su exesposa y terminaron asesinándolo a él. El curioso caso ocurrió en Alto Hospicio, una pequeña comunidad de la Provincia de Iquique, en el norte de Chile.
Crescencio Gómez Mamani contrató a dos sicarios para quitarse de encima a su exesposa. Los matadores, de 21 y 25 años, aceptaron el trabajo, previsto para los días siguientes.
El contratante les aseguró que la mujer le debía la cifra de 3 millones de pesos chilenos, un equivalente a 4262 dólares, monto de de ninguna manera ella podía pagarle. Por ese motivo tenía el propósito de saldar cuentas mandándola a asesinar.
De acuerdo al portal de noticias chilenos CDN, los sicarios aceptaron hacer el trabajo a cambio de 600 mil pesos chilenos, un equivalente a 852 dólares. Gómez Mamani y los dos sicarios concertaron una última entrevista para la noche del 10 de abril. En ese encuentro, el contratante les pagaría el trabajo y acordarían detalles del femicidio de su exesposa.
Sin embargo, los sicarios cambiaron de planes. En vez de aceptar el trabajo, acordaron secuestrar al hombre, robarle todo su dinero y abandonarlo en un descampado en el pueblo de La Pampa, también ubicado dentro de los límites de la comuna de Alto Hospicio.
Sicarios de origen colombiano
La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) confirmó que los dos sicarios detenidos por el crimen de Crescencio Gómez Mamani son de nacionalidad colombiana.
Se trata de Marvin Estupiñan Hurtado y Brayán Díaz Ardila, quienes el 10 de abril, alrededor de las 3 AM, acudieron a la cita con el contratante.
Una vez que este les pagó por el trabajo, uno de ellos, Brayán Díaz Ardila, extrajo del bolsillo de su campera un elemento cortopunzante y atacó a Gómez Mamani. Le propinó 16 heridas de arma blanca. Su cómplice lo retuvo y facilitó la tarea del atacante.
Crescencio Gómez Mamani murió en el lugar como consecuencia de esas heridas. Los sicarios le robaron su billetera, que contenía un total de 30 mil pesos chilenos (42 dólares) y su teléfono móvil.
La detención de los sicarios
La Fiscalía de Alto Hospicio y la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) coordinaron esfuerzos para dar con el paradero de los sicarios colombianos.
Tras varios días de búsqueda, los investigadores determinaron que el teléfono móvil de Crescencio Gómez Mamani estaba siendo utilizado por una tercera persona.
Agentes de la PDI dieron con el individuo que había activado el teléfono. Su testimonio los llevó hasta los sicarios.
Gómez Mamani había encargado una segunda víctima
Tras ser detenidos, los dos sicarios colombianos contaron su historia a la policía. Además de confesar el crimen de Crescencio Gómez Mamani.
Los detenidos le dijeron a la policía que a último momento el contratante agregó una segunda víctima a su encargo.
Al entregarles la dirección del domicilio de su exesposa les dijo que en la casa iba a haber un hombre, les ordenó que también lo mataran. Este encargo no había sido mencionado en el primer contacto.
La PDI determinó que el domicilio al que el hombre había enviado a los sicarios era de su propiedad. Gómez Mamani vivía en el segundo piso mientras en que la planta baja de la casa habitaban su exesposa y su hijo.
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