Joe Biden, el ahora presidente los Estados Unidos, a pocas horas de haberse posesionado en el cargo ejecutivo, ha dado cumplimiento a una de sus promesas de campaña referentes al tema de las políticas migratorias.
El jefe de estado ha anunciado un proyecto de ley que dará la oportunidad a la población inmigrante de obtener la ciudadanía americana, y así poder permanecer de forma legal en el país.
Este nuevo decreto, contemplado dentro de los 17 que firmó el presidente Joe Biden en la misma tarde, después de su juramentación, contradice muchas de las políticas del expresidente republicano Donald Trump, quien ganara las elecciones del año 2016 basando su discurso en una oratoria de discriminación en contra de la población inmigrante.
Se detiene la construcción del muro
Una de las primeras medidas decretadas por el nuevo jefe de la Casa Blanca, durante la tarde de ayer, fue la de detener la construcción del muro en la frontera con México, ordenando acabar con la emergencia nacional decretada por el expresidente Trump para desviar fondos hacía la construcción del muro en la frontera con el país azteca.
Más, sin embargo, el jefe de estado ha pronunciado que no considera la demolición de la parte de barrera ya edificada durante la administración de su antecesor, un muro que se extiende a lo largo de 727 kilómetros (452 millas) de zona fronteriza.
Es de anotar que el expresidente Donald Trump en sus discursos para este nuevo periodo presidencial, hacía mención del avance de esta obra, que fuera el punto más fuerte de su anterior campaña presidencial.
“Ya hemos construido 300 millas (480 kilómetros) del muro fronterizo”, presumió Trump el 28 de agosto del año pasado, en un mitin celebrado justo después de terminada la Convención Nacional Republicana que oficializó su candidatura a la reelección.
El muro pronto estará listo y nuestros números en la frontera son los mejores de la historia. Por cierto, México está pagando por el muro, por si no lo sabían”, añadió en esa oportunidad el mandatario.
De otro lado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha dicho en este mes que tiene fondos para completar otros 3480 kilómetros de muro, por lo que planeaba adjudicar contratos para seguir con la construcción de este antes de que Biden llegara al poder.
Esta declaración conlleva a que probablemente los esfuerzos del presidente Joe Biden, por detener la obra se vean frustrados, y por consiguiente el mandatario se vea sujeto a esperar que se ejecuten los contratos ya celebrados, y que se den por agotados los recursos para financiar la obra.
Pero no solo el nuevo mandatario tomo posición frente a la construcción del muro fronterizo con México. El actual jefe de la Casa Blanca ha anunciado otros cambios importantes en materia de política migratoria. El presidente Joe Biden, también ha enviado al Congreso una propuesta de reforma migratoria calificada como “la más progresista en la historia” de este país.
Un plan que contempla otorgar la ciudadanía a millones de personas que viven en los Estados Unidos, y que no tienen un estatus legal.
Los llamados indocumentados que residan en territorio americano desde antes del 1 de enero de este año, podrían solicitar una residencia temporal que podría volverse permanente (también conocida como Green Card) al cabo de cinco años. A partir de ese momento, en tres años estas personas si es su deseo, podrían solicitar el proceso de naturalización, no sin antes ser sometidos a chequeos de antecedentes penales, pago de impuestos y completar otros requerimientos básicos, indicó el diario The New York Times.
“Estas no son ideas nuevas, pero el hecho de que están proponiendo un programa de legalización para quienes estén en el país previo al 1 de enero de este año es algo grande y más directo que iniciativas que hemos visto en el pasado reciente”, explicó Julia Gelatt, analista sobre políticas migratorias del Migration Policy Institute (MPI).
En cuanto al programa de los ‘dreamers’, y otras comunidades como los beneficiarios del programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), los incluidos dentro del programa de estatus de protección temporal (TPS) y trabajadores agrícolas “que cumplan requisitos específicos”, calificarían de inmediato en la obtención de la residencia permanente.
Cabe resaltar que los beneficiarios del programa DACA, también llamados ‘dreamers’, son alrededor de 700.000 jóvenes, más del 75% de ellos mexicanos, que llegaron a EE UU. cuando eran niños.
Estos jóvenes soñadores, se habían enfrentado a la posible deportación luego de que el expresidente Trump revocara el establecimiento del programa en el año 2017, el pasado mes de junio, pero tuvieron un espaldarazo por parte de la Corte Suprema de los Estados Unidos, que falló en defensa de protegerlos contra la deportación a sus respectivos países.
De otra parte, este nuevo gobierno se ve enfrentado a la primera caravana de inmigrantes del 2021, que son cerca de 6.000 ciudadanos de Honduras y Guatemala, los cuales aseguran la necesidad de huir de la pobreza, la violencia y la devastación que provoco el paso de los dos grandes huracanes en noviembre pasado, y que los lleva a querer buscar en EE: UU una mejor calidad de vida.
Las promesas de campaña del demócrata, ahora presidente, en el que expresaba mas humanidad con los migrantes, que su antecesor Trump, hizo que esta población pusiera sus esperanzas de poder llegar a territorio norteamericano, frente a la posible flexibilización de las políticas migratorias en cuanto Joe Biden asumiera el cargo como nuevo jefe de estado.
No obstante, los miembros de su gabinete han solicitado a la caravana que va rumbo a Estados Unidos, regresar a casa, asegurando que de momento las leyes continuarán igual, y no habrá cambios inmediatos en las políticas migratorias que puedan beneficiarlos.
Por el momento “no habrá cambios inmediatos en el procesamiento en la frontera de EE.UU. Necesitamos tiempo para reconstruir” la política migratoria, fueron los mensajes que ofreció el 22 de diciembre Juan González, entonces asesor del presidente electo Joe Biden y recientemente designado como director para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Finalmente en cuanto al veto a los musulmanes, el presidente Joe Biden, dio instrucciones al Departamento de Estado, para que reanudara las solicitudes de visado para los 11 países de población musulmana (Eritrea, Irán, Kirguistán, Libia, Birmania, Nigeria, Somalia, Sudán, Siria, Tanzania y Yemen), e incluyendo también reversar las restricciones decretadas para algunos funcionarios de Venezuela y Corea del Norte, por parte de la administración anterior.
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