La esperanza de que un segundo cheque de estímulo COVID-19 sea aprobado antes de las elecciones del 3 de noviembre murió con el anuncio del líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, de que la sesión legislativa fue suspendida hasta el 9 de noviembre.
Así, las negociaciones entre la Casa Blanca y la líder de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, es posible que queden suspendidas y, algunos temen, que serían totalmente erradicadas, en especial si el presidente Donald Trump pierde los comicios y, o, los republicanos pierden también el control del Senado.
¿Por qué no se aprobó el segundo cheque de estímulo?
La mayoría de los estadounidenses están clamando por una nueva ronda de ayuda financiera de parte del gobierno federal para ayudar a contener los desastres económicos en las familias por la crisis desatada por la pandemia.
La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, también ha aprobado un segundo paquete de estímulo desde el verano. Sin embargo, los legisladores han estado negociando desde entonces la cantidad de dinero que debería desembolsar el gobierno federal y las condiciones que debía cumplir desde el poder ejecutivo hasta las diferentes oficinas estatales para entregar el dinero a empresas.
Después de meses intentando conciliar las diferentes posiciones, la Casa Blanca y los demócratas habían llegado a un acuerdo, pero el Senado, donde hay mayoría republicana decidió dedicar las últimas semanas antes de las elecciones a la confirmación de la jueza Amy Coney Barrett a la Corte Suprema.
El estímulo después de las elecciones
La posibilidad de que llegue una nueva ronda de cheques de estímulo después de los comicios presidenciales, legislativos y locales del 3 de noviembre, es pequeña, aseguran los analistas. En especial si las encuestas tienen razón y en enero de 2021 asume la presidencia el exvicepresidente y candidato demócrata Joe Biden.
El cálculo es que los republicanos no tendrán ningún incentivo para beneficiar a una nueva administración demócrata desembolsando ayuda financiera a los individuos, préstamos especiales a las empresas, en especial a los pequeños negocios, y estímulo para contener la cada vez mayor crisis económica.
Más pobres
A pesar de que hay millones de personas desempleadas y que han cerrado muchos pequeños negocios, los números de los analistas económicos están indicando que la familia estadounidense promedio está en mejor condiciones económicas de lo que se temía, pues se han reducido prácticamente a cero los gastos extra. Estos incluyen salidas a comer, cine, eventos deportivos y hasta compras de ropa y otros productos relacionados con la vida fuera de la casa.
También ha ayudado el que algunos bancos estén negociando con sus clientes de préstamos hipotecarios para reducir o suspender los pagos si pueden demostrar que perdieron los empleos a consecuencia de la COVID-19. Aun así, hay la pobreza ha aumentado.
Un estudio del Centro del Pobreza de la Universidad de Columbia, publicado por la BBC, reveló que ocho millones de personas han caído bajo la línea de pobreza en Estados Unidos desde mayo de 2020.