El mundo del cine está de luto: murió a los 82 años el reconocido director checho Jiri Menzel, ganador del Premio Oscar a mejor película extranjera de 1967 por su película “Trenes rigurosamente vigilados”.
Menzel murió el sábado en su domicilio de República Checa. La noticia fue confirmada este domingo por su esposa, Olga Menzelova. “Nuestro querido Jiri, el más valiente de los valientes. Tu cuerpo dejó nuestro mundo banal en nuestros brazos la pasada noche”, escribió ella a en su cuenta de Facebook.
Jiri fue uno de los padres de la “Nueva ola checoslovaca”, movimiento surgido en el cine de su país en la década del 60 y principios de los 70. La nueva ola se basó en el surgimiento de una serie de películas que hicieron historia y trascendieron las fronteras de lo que entonces era conocido como Checoslovaquia. Se trató de un momento de esplendor artístico y narrativo de las artes checas.
Menzel había iniciado sus estudios de cine en 1960. Siete años más tarde conseguía su primer Oscar. Lo conquistó gracias a “Trenes rigurosamente vigilados”, su ópera prima, película basada en la novela homónima del escritor checo Bohumil Hrabal.
La película, y la novela, dan cuenta de las atrocidades cometidas por el regimen nazi durante la ocupación del gobierno alemán en ese país. Narra la vida de un joven que trabaja como empleado en una estación ferroviaria.
“Siempre admiré en Hrabal la capacidad de mirar a las personas y verlas como realmente son, con una perspectiva verdaderamente intransigente, pero él todavía amaba a la gente”, solía decir acerca de la película.
A fines de la década del 60, la vida personal y artística de Jiri sufrió un cambio drástico. La Primavera de Praga trajo la invasión de la Unión Soviética al territorio checo. Las nuevas autoridades comenzaron a perseguir y censurar a los miembros de la Nueva ola. Directores como Milos Forman, ganador de dos Premios Oscar, e Ivan Passer decidieron exiliarse. Menzel, en cambio, se quedó en su país.
El regimen soviético le impidió estrenar “Alondras en el alambre”, una película que iba a llegar a los cines en 1969. El gobierno consideraba que era portadora de “elementos burgueses”. La película se estrenó recién en 1990, tras la caída del Muro de Berlín. Obtuvo un Oso de Oro en la Berlinale de ese año.
El director decidió continuar con su carrera. Desde entonces, filmó cada vez que pudo, siempre bajo la amenaza de la censura. Tras el final de la Guerra Fría, Jiri cuestionaría a esos cineastas que explicaban sus fracasos artísticos poniendo el foco en los controles políticos.
“No defenderé la censura. Pero se trabaja mejor dentro de unos límites. Cuando acabó el control del estado y todo el mundo pudo hacer lo que quería, rápidamente se vio que no había tanto genio reprimido. Muchos tontos quedaron al descubierto”, expresó alguna vez.
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