El Barcelona tenía hoy una oportunidad histórica: la posibilidad de enviar a Segunda División después de 26 años en Primera al que ha sido el eterno rival de la ciudad desde siempre: el Espanyol. A falta de emociones más fuertes y con la Liga muy complicada, este era hoy el aliciente principal.
Los azulgranas no fallaron y ganaron también para meter un poco de presión al Real Madrid, que a falta de disputar su encuentro está a 1 punto. Lo cierto es que la victoria fue pírrica, por la mínima con un único gol de Suárez y dejando las sensaciones de un Barcelona muy cansado. Lo de Villarreal pareció un espejismo.
De entrada, Quique Setién no quiso tocar muchas teclas respecto a su último partido contra el Villarreal. Tan sólo Rakitic por Arturo Vidal. Ansu Fati y Riqui Puig se quedaban en el banquillo. De este modo, la alineación quedaba de la siguiente manera:
Un Barcelona muy fatigado no generaba peligro
El Barcelona salió con el control total del balón, pero como tantas y tantas veces ha pasado esta temporada, el dominio no se materializaba en ocasiones de gol. Posesiones eternas con nula efectividad y el Espanyol muy bien replegado atrás, saliendo a la contra y hasta generando peligro.
En el minuto 10, un pie salvador de Ter Stegen a tiro de Embarba era el primer aviso de los pericos. Respondía Messi buscando un gol olímpico desde el córner que despejó de puños Diego López. Volvía a generar peligro el Espanyol con un disparo de Marc Roca que iba a portería, pero en el que Piqué estuvo muy atento para rechazarlo.
En el 25, la mejor ocasión de la primera parte para el Barcelona. Un Suárez hasta el momento muy inactivo recibió un gran pase de Griezmann, pero estuvo lento y poco acertado en su definición. De nuevo, antes del descanso, respondía el Espanyol con un chut de Dídac Vilà que tocaba el palo.
Las expulsiones marcan el partido en la segunda parte
Setién consideró que tenía que mover el banquillo durante el descanso e introdujo a Ansu Fati al inicio de la segunda parte. Se retiraba Semedo y Sergi Roberto al lateral. El Barcelona, ante la maraña defensiva del Espanyol, optaba por jugar con cuatro delanteros: Fati, Griezmann, Messi y Suárez.
Pero Fati duró poquísimo sobre el verde. En 5 minutos fue expulsado por la excesiva dureza con la que entró a Calero con la pierna levantada. Es cierto que primero roza el balón, pero después toca la pierna del jugador y le podía haber hecho mucho daño. Poco le duraron los 11 jugadores al Espanyol, porque 2 minutos después de la expulsión de Fati, Pol Lozano hizo una entrada aún más dura a Gerard Piqué. En este caso, al tener la pierna en suelo, el defensa pudo haberse lesionado de gravedad. Afortunadamente, pudo seguir son problemas. Aquí tienen las dos expulsiones:
… Hasta que Suárez decidió
Con los dos equipos con 10, los de Setién encontraron más espacios. En el 56, un gran tacón de Griezmann habilitó a Messi, que chutó a portería, pero su disparo fue repelido por un defensa. Pero el de siempre andaba por ahí husmeando el gol: el uruguayo cazador Luis Suárez, que definió perfectamente ante la salida de Diego López.
Se relajó quizás demasiado, aunque Messi enganchó una volea minutos después que pudo sentenciar el partido. No obstante, los azulgranas terminaron sufriendo con dos ocasiones claras en contra, en una Ter Stegen volvió a aparecer como casi siempre.
Un derbi de Barcelona que no pasará a la historia por su buen juego, pero sí por ser el partido que descendió matemáticamente al Espanyol después de 26 años en Primera. Por lo que respecta a los “culés”, mañana tocará estar pendientes del Real Madrid. Si hay victoria blanca, la Liga será prácticamente suya.
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