El Barcelona ha desperdiciado toda la ventaja que tenía respecto el Real Madrid en tan solo una semana. En la jornada 30, frente al Sevilla, el conjunto de Quique Setién fue incapaz de anotar un solo gol frente a los andaluces, tal y como explicamos en Ahora Mismo.
Ante el Athletic de Bilbao, el Barcelona sufrió muchísimo, generó muy poco peligro y sólo fue capaz de anotar un gol gracias a una jugada aislada de Rakitic.
Por su parte, el Real Madrid no ha fallado tras la pausa por el coronavirus y ha sumado los 12 puntos de 12 posibles, dejando una imagen bastante superior a la mostrada por los culés. Hoy los catalanes no podían fallar si querían meter presión a los blancos… y el resbalón fue de los grandes.
Quique Setién decide por fin apostar por los jóvenes
Tras el mal tramo inicial ante el Athletic de Bilbao, Setién dio entrada a Ansu Fati y a Riqui Puig, los dos jugadores más jóvenes del primer equipo y el Barcelona mejoró sustancialmente. Así que hoy, ante el Celta, el míster les quiso dar continuidad. Aprovechando que Arthur tiene la cabeza en Turín y que Busquets estaba sancionado, Setién situó a Riqui Puig en el centro del campo. También decidió sentar a Griezmann y situar a Fati en el extremo.
Salió muy activo el Barcelona, con Messi entendiéndose muy bien con los jóvenes. En los primeros minutos, tuvo una gran ocasión Gerard Piqué, pero su remate lo repelió el travesaño. Eran buenos minutos para los culés, al que sólo les faltaba el gol.
Hasta que la picardía de Messi y Suárez apareció en el minuto 19. En una falta en la frontal, el Celta decidió poner dos jugadores bajo palos para evitar el gol de tire libre directo del capitán. Pero esto provocó que Luis Suárez quedara solo en el área pequeña. Messi, listo, amagó con el disparo y centró con suavidad para que el uruguayo anotara el primero de cabeza.
No le perdió el Celta la cara al partido y tuvo un par de acciones claras al filo del entretiempo que sus propias malas decisiones o Ter Stegen desperdiciaron.
Segunda parte frenética con final fatal
Los barcelonistas arrancaron la segunda mitad totalmente descolocados y muy imprecisos. En el 49, una pérdida incomprensible de Rakitic en el medio del campo cogió a Umtiti fuera de sitio. Okay se fue solo por la banda derecha, filtró el pase de la muerte y Smolov sólo tuvo que empujar el balón dentro de la portería.
Necesitaban los de Setién reaccionar y se encomendaron a la conexión que más rendimiento está dando esta temporada: Leo Messi-Luis Suárez. Su amistad fuera de la cancha genera una sintonía única entre los dos en el verde. En el minuto 66, el argentino cedió la pelota al uruguayo dentro del área, que de espaldas a la portería supo girarse acomodando el cuerpo y chutando raso fuera del alcance de Rubén Blanco. Un golazo de 9 puro.
Parecía que el partido no se le escapaba a los culés, pero lo peor estaba por llegar. En el 88, una falta más que discutible de Piqué sobre Rafinha fue aprovechada por Iago Aspas. El delantero del Celta se aprovechó de que la barrera estaba mal puesta y de que Griezmann se giró en el momento del disparo para colocar marcar un gran tanto con rosca.
Pudo ser aún peor si Nolito hubiera marcado el 3 a 2 en el 93, pero disparó en la dirección de Ter Stegen a pesar de tener toda la portería libre.
El Barcelona vuelve a ser líder, pero si el Real Madrid gana mañana frente al Espanyol se situará a dos puntos ya. La Liga Española cada vez parece más lejana para los de Quique Setién.
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