Una mujer de Olympia, en Washington, enfrenta cargos en la justicia por herir intencionalmente a su hija de tres años. La menor fue hallada desnuda al borde de la muerte.
Según la hipótesis de los investigadores, la mujer empujó a su hija contra su corralito porque esta se negaba a vestirse. El episodio tuvo lugar el pasado 2 de febrero. Ese día, los policías recibieron un llamado en el que les reportaban el caso de una menor en estado de inconsciencia al 800 de la Seventh Avenue Southeast, en Olympia.
Tal como informa el diario The Olympian, al llegar al lugar de los hechos los policías se encontraron con el cuerpo desnudo de una niña de tres años. Estaba inconsciencia. En la casa había dos mayores, los padres de la criatura: Sarah Lynn Morrill, de 40 años, y su compañero, Anthony Nicholas Chernysheff, de 35. También estaban los hermanos de la víctima, otros dos menores cuyos nombres no trascendieron en la prensa.
Las mentiras de la madre
Acorralada por los agentes de policía, la madre de la menor dijo que la nena se había resbalado en el baño. Como consecuencia de ello había sufrido un duro golpe en la cabeza.
Los policías advirtieron enseguida que la mujer estaba mintiendo. La menor tenía no solo el golpe en la cabeza que la había dejado inconsciente, sino que además presentaba cortaduras y estaba muy flaca.
El médico de la fiscalía pesó a la niña: la balanza arrojó tan solo 24 libras (11 kilos). Además, la nena presentaba un fuerte traumatismo de cráneo.
La menor había sido golpeada dos veces en la cabeza. Sufría un derrame cerebral que tranquilamente pudo haber derivado en su muerte. Fue trasladada de urgencia a un centro médico de Seattle de alta tecnología. Allí le salvaron la vida.
La confesión del marido de Sarah Lynn Morrill
Anthony Nicholas Chernysheff, marido de la mujer acusada de herir a su hija, confesó que su esposa abusaba físicamente de la menor.
Ese día, dijo Chernysheff, Morrill había empujado a la nena contra su corralito porque esta se negaba a vestirse. Al comprobar que su hija había quedado inconsciente, trató de reanimarla arrojándole un vaso de agua en la cara. Fue entonces cuando el marido decidió llamar al 911 pese a los reclamos de su mujer para que no lo hiciera.
La pareja fue detenida a los pocos días. Hoy están alojados en una prisión del condado de Thurston. El próximo martes 8 de marzo comparecerán a la corte para escuchar sus sentencias. A la pareja le fue fijada una fianza de 200 mil dólares para esperar el juicio en libertad.
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