Luego de que en el año 2016 se anunciara la muerte del comandante y presidente de Cuba Fidel Castro, su hermano Raúl Castro fue la persona que sucediera el cargo y tomara las riendas del Partido Comunista en la isla (PCC).
Hoy, trascurridos cinco años, Raúl Castro de 89 años, dará cumplimiento a su promesa de renunciar al cargo de jefe del PCC, en el octavo congreso del partido, el cual comemzó este viernes 16 de abril y está programado que termine el próximo 19 de abril, y por el cual el mandatario será relevado por Miguel Díaz-Canel (de 60 años de edad), para dejar de lado la era Postcastrista.
“Por inexorable ley de la vida, este séptimo congreso (del PCC) será el último dirigido por la generación histórica, la cual entregará a los pinos nuevos, las banderas de la revolución y el socialismo”, dijo Raúl Castro un día como hoy, pero del año 2016, al cierre de la anterior cita partidista.
De hecho, Miguel Díaz Canel, presidente del país, fue la persona que Raúl Castro seleccionó como su sucesor en la presidencia en el 2018, después de haberlo calificado como el “único superviviente” de una generación de dirigentes que en diferentes momentos fueron proclamados por los históricos para garantizar la sucesión y supervivencia de la revolución, pero que en su mayoría cayeron en desgracia.
Igualmente, el propio Raúl Castro, al cederle la presidencia, dijo que si todo marchaba según lo previsto Díaz-Canel sería elegido también primer secretario del PCC en el séptimo congreso. Si no hay sorpresas, así será y se completará el ciclo, según RFI.
El retiro del partido por parte de Raúl Castro deja una serie de preguntas e inquietudes dentro de la esfera política y social cubana, y son muchas las predicciones que se hacen sobre el futuro de la nación, más cuando la mayoría de los analistas coinciden en que el resultado de este congreso es clave para su futuro, informó El País.
Octavo Congreso PCC
En estos cuatro días, el encuentro del PCC estará enfocado a los asuntos del presente y del futuro de la isla, entre los que están contenidos la actualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, y de la implementación de los lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Asimismo, los funcionarios delegados que asistirán a la conferencia, se encargarán de analizar los resultados económico-sociales que se han obtenido en el tiempo transcurrido desde que tuvo lugar el Séptimo Congreso hasta ahora, y además se discutirán temas propios del funcionamiento de la organización, como su vinculación con las masas y la política de cuadros.
Dando cumplimiento a lo expresado en la convocatoria en el mes de diciembre, el encuentro partidista demarcará las estrategias a seguir en el destino de cuba, e igualmente se discutirán las garantías de la continuidad del proceso revolucionario y de la política irreversible del socialismo.
De igual forma, se estudiaran las circunstancias del momento que vive Cuba, siendo el objetivo principal de la convocatoria al Congreso, encontrar definiciones precisas que fortalezcan y den continuidad al programa de gobierno para el impulso de la economía y el enfrentamiento a la crisis provocada por la pandemia. El cónclave del PCC dará importancia a lo que define como ‘el trabajo político-ideológico para enfrentar los intentos de restauración capitalista y neoliberal’, según TeleSur.
La crisis de la isla
Así comienza un reportaje para Le fígaro el periodista Héctor Lemieux, citado por el medio La Razón: “La Habana ya no es más que una cola enorme”. Este artículo deja ver como Cuba está seriamente golpeada por la crisis de la pandemia. La isla tiene pocos medios para enfrentarse a la pobreza. El comunicador narra cómo las tiendas y puestos de comida apenas tienen mercancía y cómo los cubanos esperan durante horas para poder comprar algo de arroz o pollo, a veces “la única carne disponible en la isla”. No se libran ni los barrios más acomodados como Miramar. Colas para adquirir algo, muchas veces sin saber durante la espera lo que se podrá comprar, lo que habrá disponible.
Así mismo, la cadena de noticias CNN, realizó un reportaje en febrero sobre la crisis alimentaria que está sufriendo la isla, en el que la situación de escasez de comida lleva a cientos de cubanos a hacer colas diarias en espera de conseguir víveres, sometiéndose sin medidas de prevencion al riesgo de contagiarse de Covid-19.
Además, indicó el informe que la isla siendo dependiente del turismo se ve en dificultades para llenar los estantes de los supermercados estatales, los únicos que hay, porque pese a que existe producción de productos y mercancías, estas se destinan en su mayor parte a la exportación con miras a saldar su deuda externa. “Cigarrillos Criollo, cerveza Cristal, puros de todas las marcas, café Cubita. Todo se va fuera. Antes de la pandemia, Cuba ya tenía que importar el 70% de sus alimentos”.
De esta manera la situación de gravedad y prolongación de la pandemia no cesa, y por mucho que el gobierno establezca medidas restrictivas como son el cierre de los centros educativos, restaurantes, bares y playas, la población debe salir en busca de suministros y comida.
Le Fígaro cuenta la dramática situación que viven a diario los habitantes de La Habana en esas colas. “No habrá para todos, solo para los que se hayan levantado a las cuatro de la mañana”.
Es de anotar, que no solo el desabastecimiento es el detonante de la crisis en la isla, a esta situación además, se suma una reforma monetaria en marcha que ha hecho perder a la gente gran parte de su poder adquisitivo, según el País.
El cambio de liderazgo
Los retos políticos que asume el gobierno de Cuba son la premisa que prevalece dentro de la agenda de la octava conferencia, pero no se puede dejar de lado que el aspecto económico, es el punto más urgido en el tema de conversaciones.
“La sociedad cubana en general está agotada y es lógico que sea pesimista”, señala el economista Omar Everleny. “Cambiar esa percepción no es tarea fácil, pero no imposible”, opina.
Este economista, hace referencia al cambio de liderazgo que surja de este congreso, destacando que este puede ser el inicio de un camino prospero para la isla, “aunque mantengan la misma ideología que sus predecesores”. “Todo dependerá del balance de poder que quede instaurado y si los salientes comprenden que para salvar el modelo que ellos ayudaron a construir es necesario un cambio profundo, y que los dejen ser audaces dentro de los límites posibles”, indicó.
Por su parte, el exdiplomático y miembro del partido Carlos Alzugaray, Díaz-Canel, tendra mayor discrecionalidad y poder de decisión del que ya tiene a partir de que sea elegido primer secretario del PCC. Pero el “principal obstáculo” con el que deberá lidiar, opina, seguirá siendo “la prevalencia de una vieja mentalidad en todo el aparato del Gobierno y del partido que hace resistencia al cambio”, algo que el mismo Raúl Castro ha criticado en el pasado.
“Si en definitiva se retiran todos los históricos junto a Raúl y ello significa el retiro del actual segundo secretario, José Ramón Machado Ventura [identificado con los sectores más ortodoxos], entonces es lícito suponer que su sustituto sea alguien de la mayor confianza de Díaz-Canel, quien incrementará su autoridad en todo lo que se refiere al manejo del aparato del partido. Y es importante recordar que es ahí donde se decide la promoción, rotación y remoción de los cuadros”, señala Alzugaray.
Es clave, advierte el exdiplomático, que estos nuevos dirigentes sean capaces de “producir los cambios que han resultado difíciles de materializar, sin romper la imagen de continuidad”.
En otras palabras, la legitimidad de la generación histórica que ahora abandona el poder procedía de la épica guerrillera y revolucionaria, encarnada en las figuras de Fidel y Raúl Castro. Pero indica que las que les sucedan dependerán de la gestión y de los resultados que sean capaces de lograr los nuevos dirigentes, en el sentido de proporcionar una mejor vida y prosperidad a los cubanos. Para el funcionario, parece claro que lo hecho hasta ahora no ha funcionado para reactivar la economía y salir de la crisis, y en ese sentido, cada vez son más los que dicen que el lema continuidad obligatoriamente debe ir asociado a cambios y transformaciones de calado, sin maquillajes. Informó El País.
Un nuevo manifiesto político
De otro lado, un nuevo manifiesto político contra el régimen de La Habana ha sido publicado por centenares de intelectuales, artistas y periodistas, principalmente jóvenes impulsados por el hartazgo del Estado policial y la persecución política en la isla caribeña.
El 27N, es un movimiento que se formo para exigir al Gobierno cubano la garantía de las libertades civiles, pero sobre todo, que hace un llamado rotundo a la sociedad cubana por recuperar el poder político del que dicen el régimen ha “usurpado”.
“Deseamos una nación donde expresarse libremente no constituya un acto de valentía, sino que sea una consecuencia natural del pensamiento autónomo. Donde no exista el odio político, la violencia policial, la represión, la censura, la manipulación mediática, la violación de la privacidad, los actos de repudio; en fin, las prácticas abusivas de poder ejercidas por una dirección política centralizada, militar y partidista, que discrimina y anula a quienes disienten, violando sus derechos humanos. Reclamamos la legitimidad de la abierta y libre discrepancia y del pensamiento crítico como vital ejercicio para evitar la inmovilidad, la corrupción y el mal actuar de los funcionarios o cualquier otro ente de la sociedad que atente contra su desarrollo. Necesitamos sanar como país los daños que ha dejado el adoctrinamiento; sustituir las mentiras y malos hábitos aprendidos, por la voluntad y el compromiso de rescatar la honestidad y el amor a la verdad como principio”, en declaraciones citadas por 14 y medio
Las principales demandas del movimiento 27N, de acuerdo al medio citado anteriormente son:
1. Libertades políticas:
Respeto del derecho legítimo a la libertad de expresión, de creación, de protesta o manifestación pacífica, de representación y participación política, de asociación y movilidad, de debate abierto y público en la búsqueda de consenso ciudadano.
Demandamos que todas las personas que han sido juzgadas por expresar ideas contrarias al sistema político sean puestas en libertad.
Demandamos el cese de la represión, por parte de las instituciones del Estado, a los ciudadanos que piensan diferente. Que se detenga la campaña mediática de descrédito a los creadores independientes, a los activistas políticos, culturales y cívicos; así como a los sujetos activos cívicamente en cualquier área de la sociedad que reclaman derechos no reconocidos, incluido el de protestar.
2. Libertades económicas:
Afirmamos el derecho de todo ciudadano a las distintas formas de participación económica, de propiedad y gestión. Reconocemos el rol de la iniciativa privada y del ejercicio de libertades económicas que posibiliten el impulso de las capacidades productivas y sean generadoras de bienes y servicios esenciales para el desarrollo de la nación.
Defendemos el derecho de todo ciudadano a disfrutar de un trabajo digno y de los frutos que este genere. Consideramos legítima cualquier forma de trabajo siempre que no sea lesiva a la dignidad humana ni dañe la libertad y la capacidad de prosperar de otros ciudadanos. Estamos convencidos de que sin la consolidación de una base material digna no se puede alcanzar el bienestar y la equidad social.
3. Legalización de medios de comunicación independientes:
Instamos al Estado cubano a legalizar los medios de prensa llamados independientes, para que puedan alcanzar personalidad jurídica y registrarse como tales. Ateniéndose a las leyes cubanas, estos medios podrían contar con normas jurídicas que los protejan, cesaría el hostigamiento a sus periodistas, y podrían rendir cuentas de modo transparente ante la sociedad, cumpliendo con sus responsabilidades éticas, técnicas y tributarias.
En un clima de tolerancia y legalidad se generaría una relación entre Estado, prensa y sociedad donde el imperativo para todos los medios sería la veracidad en las noticias y el rigor en los enfoques.
4. Derecho de asociación:
Reclamamos el derecho a generar colectividades para participar activamente, sin más dilaciones ni pretextos, en la construcción de una realidad mejor, donde se tengan en cuenta nuestras consideraciones y expectativas. Entendemos que el derecho de asociación es imprescindible para conseguir una verdadera participación ciudadana en los procesos económicos, sociales y políticos del país.
Exigimos que se respete la libertad sindical que Cuba ha refrendado en el Convenio No.87 de la Organización Internacional del Trabajo y en el Código de Trabajo de nuestro país, para la protección de los derechos laborales de todo ciudadano vinculado o no con el Estado mediante contratos de trabajo, sin distinción de raza, género, credo, ni posicionamiento político.
“Con la convicción de que ganar estos derechos comienza por la voluntad de defenderlos con valentía, instamos a todos los cubanos, dentro y fuera de Cuba, a la unión y a la paz, al entendimiento y a la comunicación, a la búsqueda de la verdad, expresando lo que pensamos y sentimos, defendiendo solidariamente a quienes son reprimidos y difamados por expresarse libremente. De un acto de solidaridad nació el 27N y continúa vivo por su sentido de responsabilidad, creando y sumando, por el derecho a tener derechos y para que el amor y la poesía unan a este pueblo”.
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