Barack Obama, quien fuera presidente de Estados Unidos entre el 2009 y el 2017, acaba de lanzar su nuevo libro “Una tierra prometida (A Promise Land), y como parte de la promoción de su obra, concedió una entrevista al programa de televisión Despierta América, donde admitió que cuando fue mandatario pudo decepcionar a muchos electores, por algunas de las políticas que implementó. Una de las más cuestionadas por la comunidad inmigrante fueron los 5 millones de personas deportadas o removidas del país, que muchos todavía no pasan por alto.
“Creo que como todo líder, hay momentos en que estoy seguro que decepcioné a personas y no cumplí sus expectativas, pero quiero pensar que no es porque no traté sino que el cambio es difícil, y lo que puedo decir sin duda, es que Estados Unidos era mejor cuando dejé la Presidencia que cuando la tomé”, dijo el exmandatario a la escritora Isabel Allende, quien fue la encargada de hacer la entrevista para el show de Univisión.
“Yo creé más empleos. La economía era mejor, hubo menos personas encarceladas y la tasa de crimen bajó”.
Obama también reconoció con mucha humildad que no hizo todo lo que debió haber hecho desde su mandato, pero dejó claro que siempre gobernó con integridad.
“Como yo describí en el libro, en lujo de detalles, hay momentos en los que sé que no cumplí, pero un área donde cumplí con todas las expectativas al pueblo, es que operé con integridad. Aun aquellas personas que estaban en desacuerdo conmigo, han de reconocer esto. Que no tuvimos escándalos, no hubo ninguna sugerencia de corrupción”, dijo el demócrata. “Cuando dejé el cargo en la Presidencia, las personas debían decir que tomé la responsabilidad de servidor público, seriamente”.
El expresidente número 44 de Estados Unidos también confesó cuál fue la decisión más difícil que debió tomar y el hecho que más lo entristeció desde el poder.
“La decisión más difícil siempre fue enviar a jóvenes a la guerra. Cuando tomé el cargo de la Presidencia, como escribo en el libro, aun teníamos 180 mil tropas en Afganistán e Iraq. Yo había prometido terminar la guerra en Iraq y así cumplí. En Afganistán envíamos más tropas, porque estábamos perdiendo la lucha”, mencionó Obama, manifestando que le dolía saber que muchos de los soldados que enviaría no regresarían a casa y recordando la masacre en una escuela de Connecticut.
“Como presidente, creo que los momentos más lúgubres fueron cuando esos 20 chicos de seis años de edad murieron en Sandy Hook, la escuela primaria (diciembre 14 del 2012), durante mi segundo termino en la Presidencia (…) esta violencia sin sentido por el uso de armas, esos niños tan preciosos a los que les arrebataron la vida, y el hecho de que el Congreso no actuó, a pesar de que yo y muchos padres de esos niños tratamos de convencerlos de que necesitamos controlar la violencia por el uso de armas. No ocurrió nada y fue desalentador y muy triste”.
El mandatario también hizo mención a los jóvenes de DACA, alivio que les concedió bajo órden ejecutiva a quienes llegaron al país sin papeles siendo menores de edad, y quienes se han convertido en una fuerza de lucha y activismo muy grande.
“Ver a estos jóvenes, tan inteligentes, tan valientes, que están dispuestos a arriesgarse, a salir para que el pueblo estadounidense sepa como eran sus vidas, y que aunque no tengan documentos, se consideran estadounidenses (es una alegría)”, dijo Obama, sintiendo orgullo y mucho respeto por los llamados dacamentados.
“Ver que cuando aprobamos DACA, unos se hicieron médicos y otros abogados (es positivo); están aportando a sus comunidades, y sé que a veces decimos que hay cosas que no funcionan comoqueremos. El mundo está repleto de injusticias y crueldad, pero también de bondad y decencia, y la decencia debe ganar”, concluyó.