Mary McCarthy, una mujer de 45 años de Christchurch, Nueva Zelanda, se enteró finalmente por qué sufre fuertes dolores de cabeza desde hace casi cuatro décadas, luego de que durante el test COVID-19 al que se estaba sometiendo los enfermeros hallaran una pieza de juego de mesa en su nariz.
Según informa el medio neozelandés Stuff, el hallazgo de una pieza del popular juego Tiddlywinks apareció en la nariz de McCarthy el pasado jueves, cuando un cirujano de Christchurch le extirpó el objeto mientras le realizaba la prueba de Coronavirus.
El cirujano también eliminó el material calcificado que había crecido alrededor del mostrador, reporta la citada fuente.
McCarthy, residente de Addington, un suburbio de Christchurch, sufrió el año pasado una prueba de COVID-19 extremadamente dolorosa y, en consecuencia, sus problemas nasales se deterioraron, reporta Stuff.
Cómo llegó una pieza de Tiddlywinks a la nariz de McCarthy
Tras la operación quirúrgica, McCarthy dialogó con Stuff y se mostró satisfecha por la operación que le permite respirar por su fosa derecha después de casi un año.
En tanto, la mujer admitió recordar haber jugado a Tiddlywinks con sus siete hermanos y hermanas, y que cuando tenía 8 años tomó el juego, probó poner una pieza en cada fosa nasal y las sopló “para ver cómo iban”.
“Una vez inhalé accidentalmente una -pieza- en lugar de soplarla, y estaba un poco asustada para decírselo a mi madre, así que no lo hice. Recuerdo estar aterrorizada en ese momento, pensando ‘adónde se ha ido'”, comentó la mujer.
Luego de ello, olvidó el accidente y continuó con su vida como si nada hubiera pasado. Pero claro, jamás imaginó que el pequeño objeto se había instalado en su cuerpo y era el responsable de sus incesantes jaquecas.
“Siempre tuve dificultades para respirar por la nariz a lo largo de los años, pero nunca lo pensé mucho”, explicó.
La prueba nasal que profundizó los dolores de cabeza de McCarthy
Para McCarthy todo cambiaría ocho meses atrás, cuando se sometió a esa prueba de COVID-19 que marcó un antes y un después en su salud.
Ella misma le comentó a Stuff que “mi nariz goteaba constantemente y tenía mucho dolor”.
Preocupada por los constantes dolores, la mujer acudió a un número importante de médicos que solo le diagnosticaban una afección crónica de sus senos nasales. Y ninguno estaba en lo cierto.
Debido a que Michael, el hijo de McCarthy de 22 años, es autista no verbal y vive con ella, la mujer tuvo que pactar una cita médica con un otorrinolaringólogo para el mes de agosto.
Sin embargo, el pasado miércoles McCarthy terminó la jornada laboral con mucho dolor y se dirigió al departamento de emergencias del Hospital de Christchurch, informa Stuff.
Allí, la enfermera y el médico que la atendieron se preguntaron si era algo más que un simple dolor de cabeza lo que afectaba a la paciente. Y no se equivocaban.
“Afortunadamente, la enfermera y el médico creyeron que era más que dolor en los senos nasales. Me preguntaron si alguna vez me había metido algo en la nariz y les conté sobre el tiddlywinks, como riéndome”, contó McCarthy durante la entrevista para Stuff.
Una tomografía computada dejó a la luz un objeto en la parte superior de la nariz de McCarthy, por lo cual el médico intentó quitarla mientras ella continuaba despierta. Pero al no poder, apeló a una anestesia total y los profesionales pudieron trabajar sin problemas.
“Cuando me desperté dije, ‘¿qué era?’. Y dijeron que era un tiddly y que ni siquiera había perdido su color. Había calcificación a su alrededor y probablemente por eso mi nariz se había torcido un poco”, señaló la mujer.
La prueba de COVID-19 a la que McCarthy se sometió en 2020 había desprendido el disco y provocado una infección, informa Stuff.
Qué es y cómo se juega al Tiddlywinks
Según informa Stuff, Tiddlywinks fue desarrollado en Inglaterra en la década de 1860 y se juega con conjuntos de pequeños discos llamados “winks”.
Los jugadores usan una ficha para lanzar winks a un bote, y así ganar puntos.
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