El Ejército de los Estados Unidos dará la baja a los soldados que no estén vacunados contra el coronavirus.
La noticia fue confirmada este miércoles. La institución alega que la contención del COVID-19 es fundamental para preparar a las tropas para el combate.
La normativa del ejército de los Estados Unidos se aplica a todos los soldados, sean reservistas o soldados en servicio activo. Serán exceptuados aquellos que presenten un justificativo médico.
Esta medida está en consonancia con lo anunciado por el Pentágono en agosto del 2021. Aquella vez, Estados Unidos había decretado la obligatoriedad de la vacuna en las fuerzas armadas. La baja supone un recrudecimiento de las medidas para contener el virus.
A fines de enero, la Armada había aplicado la baja para soldados no vacunados. Fue imitada por el Cuerpo de Marines, de donde fueron desafectados 344 soldados, y la Fuerza Aérea, que dio de baja a 111 uniformados.
El Ejército de los Estados Unidos informó que la mayoría de los soldados activos ya recibieron al menos una dosis de la vacuna contra el coronavirus. En tanto que un total de 79 miembros de la fuerza murieron como consecuencia del COVID-19.
Soldados no vacunados, “un riesgo para la fuerza”
Desde el Ejército de los Estados Unidos justificaron la medida alegando que “los soldados no vacunados representan un riesgo para la fuerza”.
“La preparación del ejército depende de que los soldados estén preparados para entrenar, desplegar, luchar y ganar las guerras de nuestra nación”, dijo la secretaria del Ejército, Christine Wormuth.
“Los soldados no vacunados representan un riesgo para la fuerza y ponen en peligro la preparación”, agregó la funcionaria.
Excepciones médicas y religiosas
Como ya se dijo, el Ejército de los Estados Unidos aplicará excepciones a aquellos que no puedan vacunarse por cuestiones médicas o religiosas.
Para ello, la institución diseñó un metódico mecanismo para implementar el régimen obligatorio de vacunación contra el COVID-19. El mismo será supervidado por un equipo de médicos y capellanes que visitarán los cuarteles para determinar quiénes efectivamente podrían estar exentos y quiénes no.
Las Fuerzas Armadas saben que sus guarniciones se verán afectadas en los próximos meses, cuando se cumplan los plazos de vacunación obligatoria y no todos los soldados hayan acatado la orden.
Otro problema que se avecina para el Ejército es la judicialización de las excepciones. Otros estamentos como la salud pública y los recolectores de basura han padecido la misma tortura de los litigios legales una vez que implementaron la obligatoriedad de la vacuna contra el coronavirus.
El Ejército da la chance a los soldados que se niegan a vacunarse a retirarse voluntariamente antes del 1 de julio del 2022. En ese caso, los involucrados podrían retirarse de la institución sin que les quede la “mancha” que implica para todos soldados una baja en sus archivos.
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