Este jueves 5 de septiembre, el expresidente Donald Trump se declaró inocente de los cargos penales que enfrenta en una acusación formal sustitutiva en su caso de interferencia federal en las elecciones en Washington, D.C, informa CBS News.
Trump, que no asistió a la audiencia, enfrenta cuatro cargos penales que lo acusan de utilizar afirmaciones falsas de fraude electoral para socavar los resultados electorales y frustrar la certificación de su derrota ante el presidente demócrata Joe Biden.
Por lo que los abogados de Trump se declararon inocentes en su nombre este jueves en un tribunal de Washington, D.C., en relación con una acusación revisada presentada en un caso de subversión electoral federal. El equipo del fiscal especial Jack Smith presentó la semana pasada una solicitud para desestimar ciertas acusaciones de la acusación original dictada en 2023. Después de un trascendental fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos este verano que estableció límites sobre cuándo los expresidentes podrían ser sujetos de procesamiento penal.
Trump enfrenta cuatro cargos relacionados con conspiración para anular los resultados de las elecciones de 2020 basándose en acusaciones infundadas de fraude electoral. La campaña de Trump, que duró semanas para negar su derrota electoral ante Joe Biden, precedió a un motín el 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.
En julio, los jueces dictaminaron que los ex presidentes disfrutan de inmunidad absoluta para el ejercicio de sus deberes constitucionales básicos y presuntamente son inmunes a ser procesados por todos los demás actos oficiales. El equipo de Smith respondió al fallo con una acusación revisada la semana pasada que eliminó las referencias a los esfuerzos de Trump por utilizar los poderes policiales del Departamento de Justicia para permanecer en el poder, un área de conducta para la cual la Corte Suprema dijo que Trump es inmune.
Actualmente, Trump enfrenta tres casos penales pendientes, y un cuarto fue desestimado recientemente. Si bien ha denunciado cada caso como “interferencia electoral”, dada su condición de candidato presidencial republicano para las elecciones del 5 de noviembre, todas las investigaciones que lo llevaron a las acusaciones comenzaron antes de que anunciara su campaña a finales de 2022.
¿Quiere retrasar el caso?
“Me parece que lo que está tratando de hacer es afectar la presentación de pruebas en este caso para no afectar las elecciones”, dijo la jueza de distrito estadounidense Tanya Chutkan al abagodo de Trump, John Lauro.
Lauro dijo que sería “injusto” permitir que el fiscal especial estadounidense Jack Smith presente una visión detallada del caso, especialmente en un “momento sensible” antes de las elecciones presidenciales en las que Trump se enfrenta a la vicepresidenta demócrata Kamala Harris.
La jueza no fijó un fecha para resolver el problema en la audiencia. Por su lado, Lauro dijo que la defensa de Trump debería primero actuar para desestimar los cargos, argumentando que un gran jurado que presentó una acusación revisada contra Trump el mes pasado escuchó pruebas prohibidas por el fallo de la Corte Suprema.
Por un lado Smith que busca impulsar el caso. Mientras Trump presiona para retrasar la acción hasta después de las elecciones. La Corte Suprema ordenó a Chutkan que decidiera si se deben desestimar otras partes del caso.
Smith ha argumentado que todas las acusaciones restates hacia el ex presidente no están cubiertas por el fallo de inmunidad y pueden proceder a juicio. Los fiscales han dicho que están preparados para presentar documentos judiciales exponiendo sus argumentos “en cualquier momento que el tribunal lo considere apropiado”.
Mientras tanto, los abogados de Trump ya han dicho que les gustaría aplazar, al menos hasta diciembre, cualquier debate detallado sobre la inmunidad, lo que postergaría el proceso hasta después de las elecciones.
La jueza a tratado el caso de Trump como cualquier otro acusado penal
Cabe mencionar que la última vez que supervisó una audiencia sobre el caso fue en octubre del año pasado, cuando impuso una orden de silencio a Trump, prohibiéndole atacar a algunos testigos, al personal del tribunal y a los fiscales que participaban en el procedimiento.
En esa audiencia, la jueza Chutkan siguió adelante con el proceso, no toleró las estrategias de los abogados de Trump y trató al expresidente como a cualquier otro acusado penal.