¡Felices Pascuas! ¡Aleluya! ¡Jesucristo resucitará mañana! Este año el Día de Pascua se celebra el domingo 4 de abril.
“Sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; desde ahora la muerte no tiene poder sobre él. Así pues, si hay una muerte para el pecado que es para siempre, también hay un vivir que es vivir para Dios. Así también ustedes deben considerarse a sí mismo muertos para el pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús” (Romanos 6, 9-11).
¿Qué es la fiesta de pascua?
De hecho, la palabra “Pascua” proviene del inglés antiguo, que significa el “paso” a través de la muerte hacia la resurrección, es un símbolo para los cristianos de la resurrección de Cristo, quien es la verdadera Luz del mundo. El Tiempo Pascual es el más importante de todos los tiempos litúrgicos. Se caracteriza, sobre todo, por la alegría de la vida glorificada y la victoria sobre la muerte, expresada más plenamente en la gran resonante aclamación del cristiano: ¡Aleluya! Toda la fe fluye de la resurrección: “Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra predicación; vana, también es nuestra fe.”
¿Qué pasó este día?
Después de la resurrección, Jesús se presentó primero ante María Magdalena y luego a otros discípulos. Algunos no se convencieron de su resurrección, creyendo que sus apariciones eran las de un espíritu incorpóreo. Jesús les aseguró: “Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo” (Lucas 24:39). Él entonces comió pescado y miel en su presencia, disipando más la duda.
De igual manera, el día de Pascua no solo es la conmemoración de la resurrección de Cristo, sino que también celebra metafóricamente la resurrección universal. Debido a la expiación (reparación) de Jesucristo, todas las personas resucitarán. Sus cuerpos y espíritus se reunirán, para nunca más separarse. Los Santos de los Últimos Días conocen la verdad de la declaración de Pablo: “Pero ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos; y llegó a ser primicias de los que durmieron… Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados” (1 Corintios 15:22; véase también Alma 11:42-45).
¿Cómo se celebra el Día de Pascua ?
El domingo de pascua se celebra con una Misa solemne en la cual se enciende el cirio pascual, que simboliza a Cristo resucitado, luz de todas las gentes. En algunos lugares, muy de mañana, se lleva a cabo una procesión que se llama “del encuentro”. En esta, un grupo de personas llevan la imagen de la Virgen y se encuentran con otro grupo de personas que llevan la imagen de Jesús resucitado, como símbolo de la alegría de ver vivo al Señor.
Igualmente, algunos países, acostumbran a celebrar este día la alegría de la Resurrección escondiendo dulces en los jardines para que los niños pequeños los encuentren, con base en la leyenda del conejo de Pascua. Una costumbre muy extendida alrededor del mundo, para celebrar la Pascua, es la regalar huevos de dulce o chocolate a los niños y a los amigos.
De esta manera, algunas veces, ambas tradiciones se combinan y así, el buscar los huevitos escondidos simboliza la búsqueda de todo cristiano de Cristo resucitado.
La temporada de Pascua se celebra por 50 días
La proclamación en la Pascua no termina con el Domingo Pascual: Eso es sólo el comienzo. La temporada de Pascua, conocida como el Tiempo Pascual, se celebra por 50 días, y son los días que recordamos como el tiempo que Jesús permaneció con los apóstoles antes de subir a los cielos. Culmina con la celebración de la ascensión de Jesús al cielo, y el Pentecostés, lo cual marca el don del Espíritu Santo a los Apóstoles y el nacimiento de la Iglesia. La Solemnidad de la Ascensión del Señor es el jueves, 13 de mayo, pero debido a que es una fiesta movible, se transfiere en muchas diócesis.
La tradición de los “Huevos de Pascua”
El origen de los huevos pintados, viene de los antiguos egipcios, quienes acostumbraban a regalarse en ocasiones especiales, huevos decorados por ellos mismos. Los decoraban con pinturas que sacaban de las plantas y el mejor regalo era el huevo que estuviera mejor pintado. Ellos los ponían como adornos en sus casas. La práctica de llevar esta costumbre a la fiesta de pascua, se basa en que cuando Jesús se fue al cielo después de resucitar, los primeros cristianos fijaron una época del año, la Cuaresma, cuarenta días antes de la fiesta de Pascua, como un periodo de tiempo en la que todos los cristianos debían hacer sacrificios para limpiar su alma.
Uno de estos sacrificios era no comer huevo durante la Cuaresma. Entonces, cuando por fin llegaba el día de Pascua, todos salían de sus casas con canastas de huevos para regalar a los demás cristianos. Todos se ponían muy contentos, pues con los huevos recordaban que estaban festejando la Pascua, la Resurrección de Jesús. Así, uno de estos primeros cristianos evocó la idea de los egipcios de decorar los huevos, y un día de Pascua se le ocurrió pintar los huevos que iba a regalar. A los demás cristianos les encantó la idea y la imitaron. Desde entonces, se regalan huevos de colores en Pascua para recordar que Jesús resucitó. Poco a poco, otros cristianos tuvieron nuevas ideas, como hacer huevos de chocolate y de dulce para regalar en Pascua. Son esos los que regalamos hoy en día.
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