El corazón del cerdo que fue trasplantado en un ser humano contenía un virus animal. El dato, descubierto por los investigadores que trabajaron en la operación, podría haber causado la muerte del paciente.
Cuando David Bennett Sr., de 57 años, originario de Maryland, murió, los investigadores comenzaron a investigar la posible causa. El deceso del hombre se produjo en marzo. Semanas antes, su nombre había pasado a la historia como el primer ser humano en ser trasplantado con el órgano de un cerdo.
Este jueves, los médicos de la Universidad de Maryland indicaron un dato desalentador: en el corazón del cerdo había un virus de ADN animal.
El virus, denominado citomegalovirus porcino, podría haber causado la muerte de Bennett. Es un dato que, sin embargo, aún no está confirmado. Uno de los principales riesgos al momento de trasplantar órganos de animales en seres humanos es que se produzca un traspado de virus que no se hallan naturalmente en el organismo humano.
La Universidad de Maryland trabaja en el caso
Muhammad Mohiuddin, director de ciencias del programa de xenotrasplantes de la Universidad de Maryland, indicó que los investigadores trabajan arduamente para precisar qué ocurrió.
El caso de Bennett conmocionó al mundo: no estaba apto para recibir un corazón humano, estaba destinado a morir. Sin embargo, desde la Universidad de Maryland le ofrecieron participar de este experimento. Se aferró a su última chance, le trasplantaon un corazón de cerdo disminuido genéticamente para reducir el riesgo.
Tras la muerte de Bennett, la Universidad de Maryland ratificó lo que ya había ratificado: el cerdo estaba en buen estado de salud. Ya enviaron a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) las muestras recogidas antes de la operación.
Bennett había recibido bien el órgano del cerdo. Sin embargo, días después de la operación comenzó a sentirse mal. Los médicos advirtieron que el corazón se había inflamado como consecuencia de la acumulación de fluidos. Eso provocó que dejara de funcionar.
El testimonio del médico que operó a Bennett
Bartley Griffith, el cirujano que llevó a cabo el trasplante de Bennett, respondió que “aún no sabemos” cuando fue consultado qué pudo haber causado la muerte del trasplantado.
“¿Qué hacía el virus, si fuera el caso, que pudo haber causado la inflamación en su corazón? Sinceramente, no lo sabemos”, expresó el cirujano.
Tras la operación de Bennett, distintos institutos médicos de los Estados Unidos comenzaron a experimentar trasplantes de órganos con cadáveres humanos donados. La idea era ver qué sucedía con Bennett para avanzar y realizar cirujías en seres humanos vivos. Se desconoce en qué medida la aparición del virus de ADN animal retrasará esos planes.
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