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El primer domingo de noviembre se pone fin al horario de verano en muchas partes de los Estados Unidos. Por lo que “retrocedemos” una hora y regresamos a la hora estándar el domingo 1 de noviembre de 2020 a las 2:00 AM, Hora Local. Es recomendable que antes de acostarse el sábado 31 de octubre, se retrase el reloj una hora para que amanezca con el nuevo horario ya programado.
Es importante que el domingo, 1 de noviembre de 2020 cuando el reloj marque las 2:00 AM, Hora Local, se debe atrasar una hora para que marque la 1:00 AM, Hora Local. Al realizar este cambio, el amanecer será una hora antes ese domingo.
El regreso de la hora estándar significa que el sol saldrá un poco antes (al menos de acuerdo con nuestros relojes), por lo que si es una persona que acostumbra a despertar temprano es posible que disfrute de los primeros rayos del sol mientras desayuna. Para aquellas personas que acostumbran a madrugar para ir a trabajar, es posible que permanezca oscuro cuando se trasladen a sus lugares de trabajo.
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Aunque Puerto Rico se considera parte de los Estados Unidos, los habitantes de la isla no deben realizar el cambio de horario ya que a ellos no les aplica el horario de verano. Otros de los estados que están exentos del cambio de horario son: Arizona, Hawai, Samoa, Guam, Islas Marianas del Norte y las Islas Vírgenes.
El cambio de hora se realiza anualmente dos veces: En este 2020 se realizó por primera vez el pasado 8 de marzo y se implementará nuevamente el próximo 1 de noviembre. La idea del cambio de horario recae en aprovechar mejor la energía eléctrica y la energía solar.
Un hombre llamado William Willett propuso el cambio de hora durante la Primera Guerra Mundial con la finalidad de ahorrar carbón. En ese momento, la idea fue muy mediática pero con el paso del tiempo muchos países decidieron ponerlo en práctica al igual que los Estados Unidos.
Al menos 40 países en todo el mundo implementan el horario de verano, incluyendo la mayor parte de Canadá, aunque Saskatchewan y partes del noroeste de Columbia Británica no lo realizan.
El Daylight Saving Time (como se le conoce en inglés) es una estrategia para ahorrar energía, una investigación sugiere que en realidad podría estar perjudicando la causa. Un estudio de 2008 realizado en Indiana descubrió que la implementación estatal del DST, dos años antes, había impulsado el consumo total de energía en un 1%. Si bien es cierto que cambiar los relojes puede ahorrar dinero a los residentes en el consumo de luz, el costo de la calefacción y el aire acondicionado tiende a subir. Esa hora extra de luz diurna solo es beneficiosa cuando las personas están dispuestas a salir de sus casas a disfrutar del aire fresco.
Con información cortesía de Farmers’ Almanac