Este viernes 3 de septiembre de 2021, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, firmó un decreto que ordena desclasificar en los próximos seis meses documentos relacionados con el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001, como una respuesta a la presión ejercida por los familiares de las victimas que demandan el acceso a esta información, con el fin de demostrar una posible implicación del gobierno saudí en estos atentados.
Los familiares de quienes murieron en el 9/11, alegan que, en los documentos clasificados, puede estar la evidencia de que el estado de Arabia Saudita, por cierto, aliado de los Estados Unidos, estuvo relacionado con los secuestradores de los aviones, quienes los estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center y el Pentágono.
“Hoy firmé una orden ejecutiva pidiendo al Departamento de Justicia y a otras agencias relevantes supervisar una revisión de documentos desclasificados relacionados con las investigaciones del FBI sobre el 11 de septiembre”, dijo Biden en una declaración. La desclasificación debe tener lugar “durante los próximos seis meses”, aseguró.
Además, dijo el ejecutivo en declaraciones citadas por CNN, que “aunque la publicación indiscriminada de información clasificada podría poner en peligro la seguridad nacional —incluyendo los esfuerzos del Gobierno de Estados Unidos para proteger (al país) contra futuros actos de terrorismo— la información no debería permanecer clasificada cuando el interés público en la divulgación supere cualquier daño a la seguridad nacional que razonablemente pudiera esperarse de su divulgación”.
El anuncio del jefe de la Casa Blanca se da poco antes de una semana de cumplirse el vigésimo aniversario de los atentados terroristas del 9 de septiembre de 2001, y luego de que cerca de 1.800 familiares de víctimas, sobrevivientes y socorristas, se opusieran a que el mandatario participara de los homenajes conmemorativos en la ciudad de Nueva York, si este no hacía pública la información del ataque de Al Qaeda.
“Nunca debemos olvidar el dolor duradero de las familias y seres queridos de los 2977 inocentes que fueron asesinados durante el peor ataque terrorista contra Estados Unidos en nuestra historia”, señaló Biden.
“Los acontecimientos significativos en cuestión ocurrieron hace dos décadas o más, y se refieren a un momento trágico que sigue resonando en la historia de Estados Unidos y en las vidas de tantos estadounidenses”, afirma la orden ejecutiva. “Por lo tanto, es fundamental garantizar que el Gobierno de los Estados Unidos maximice la transparencia, recurriendo a la clasificación sólo cuando sea estrictamente necesario”. Dijo el mandatario, informó InfoBae.
El presidente Biden enfatizó en decir que esta orden era un compromiso adquirido durante su campaña, y que su gobierno “continuaría comprometiéndose respetuosamente con los miembros de esta comunidad”.
“Cuando me postulé a la Presidencia, me comprometí a garantizar la transparencia sobre la desclasificación de documentos relacionados con los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Al acercarnos al vigésimo aniversario de ese trágico día, estoy cumpliendo con ese compromiso”, dijo el mandatario estadounidense en su comunicado. A la decisión del presidente demócrata, varios miembros del Congreso se unieron en su apoyo.
El representante demócrata Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, dijo que el comité supervisaría de cerca el proceso de revisión “para asegurar que todas las agencias se adhirieran a la guía del presidente para aplicar el máximo grado de transparencia permitido por ley al realizar la revisión”.
Cabe señalar, que los gobiernos de EE.UU. posteriores al ataque terrorista, siempre se ciñeron a mantener estos documentos bajo secreto de estado para no publicar información sensible contenida en los mismos.
De otro lado, según Internacionales Noticias, El Departamento de Justicia reveló en su informe que el FBI había concluido recientemente una investigación en la que se examinaba a ciertos secuestradores del 11-S y a posibles coconspiradoras, y que ahora trabajaría para ver si podía compartir información que previamente había determinado que no podía ser revelada.
“Aunque este desarrollo se produjo luego de las sentencias del Tribunal de Distrito de Estados Unidos que confirman las afirmaciones de privilegio del Gobierno, el FBI ha decidido revisar sus afirmaciones de privilegio anteriores para identificar información adicional apropiada para su divulgación. El FBI divulgará dicha información de forma continua tan pronto como sea posible”, dijo el vocero a CNN.
Por su parte Brett Eagleson, hijo de una de las víctimas del World Trade Center y quien ejerce como defensor de los familiares de otros mártires, pese a que criticó la falta de diligencia del FBI por investigar los hechos terroristas, no tardó en celebrar la decisión del presidente Biden, catalogando este primer paso como un “primer paso crítico”. Dijo que las familias estarían observando de cerca el proceso para asegurarse de que el Departamento de Justicia cumpla y actúe “de buena fe”.
“El Departamento de Justicia/FBI ya han tenido tres años para ‘revisar’ los archivos y pueden actuar de inmediato para producir los documentos, incluido el Informe de revisión del FBI de 2016 sin editar de la investigación de años de la oficina sobre agentes del gobierno saudí que ‘se sabe que proporcionaron’ asistencia sustancial a los secuestradores, así como registros telefónicos y declaraciones de testigos”, dijo a CNN.
“La primera prueba será el 11 de septiembre y el mundo estará observando. Esperamos agradecer al presidente Biden en persona la próxima semana cuando se una a nosotros en la Zona Cero para honrar a los que murieron o resultaron heridos hace 20 años”, Eagleson agregó.
Posible complicidad de Arabia Saudita
De acuerdo con France 24, el objetivo de todas estas reclamaciones se basa en investigaciones que vinculan a numerosos ciudadanos sauditas –relacionados con el Gobierno de Riad– con la preparación de los atentados del 11 de septiembre. Aunque se demostró la relación de estas personas con varios de los secuestradores de los aviones, jamás se ha inculpado al Gobierno de dicho país.
De hecho, desde hace años, existe una demanda en un tribunal federal de Nueva York, que alega que los funcionarios sauditas brindaron un apoyo significativo a algunos de los secuestradores antes de los ataques. Por ello, cientos de familiares de víctimas buscan que esta nación rinda cuentas y se pueda demostrar o aclarar su posible implicación.
La principal sospecha recae sobre un diplomático saudita que, al parecer, apoyó y recibió en Estados Unidos a dos de los secuestradores.
Las protestas han señalado a los diferentes gobiernos estadounidenses de obstaculizar sus demandas de documentos, y durante el jueves instaron al inspector general del Departamento de Justicia a investigar la aparente incapacidad del FBI para localizar fotografías, vídeos y otros registros.
Aún más, en una carta enviada a la policía federal, varios familiares aseguraron sospechar que el FBI “pudo haber destruido pruebas que implicarían a Arabia Saudita en los atentados”.
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