El actor Toño Mauri, de 59 años, enfrente nuevo problema de salud. El también empresario mexicano fue diagnosticado con una bacteria en los pulmones, lo más impactante es que la habría adquirido luego de consumir hielos contaminados, por lo que necesitó supervisión médica especializada, informa Hola! “En mis últimos chequeos resultó que apareció una bacteria que es muy común en quienes tenemos un trasplante”, dijo Mauri en el programa Sale el Sol. También aseguró estar fuera de peligro, aunque sí debe de cuidarse mucho. “Es una bacteria a la que hay que tenerle cuidado. El doctor prefirió que entremos en tratamiento antes de que pudiera hacer algún daño…Es una bacteria agresiva y provoca abscesos en los pulmones o neumonía. Me pusieron un catéter abajo de la piel que va directo al corazón, y el corazón distribuye el antibiótico a todo el cuerpo”.
Toño Mauri se ha contagiado tres de veces de Covid
El actor fue uno de las personas que contrajeron la enfermedad del Covid-19 en 2020. Esto, le ocasionó grandes complicaciones de salud y por ello estuvo alrededor de ocho meses hospitalizado. Asimismo, requirió un trasplante doble de pulmón. Desde entonces, Mauri se encuentra bajo observación médica.
Apenas el pasado mes de junio, Mauri compartió a través de sus redes sociales que por tercera vez, se contagió de COVID-19, enfermedad que hace tres años casi lo lleva a la muerte. Con una historia temporal en Instagram, el actor compartió una foto con cubrebocas y en cama, sobre ella escribió “Otra vez COVID”.
Toño Mauri escribió libro: “Mi Nueva vida, un gran milagro”
En 2022, Toño Mauri escribió libro: Mi Nueva vida, un gran milagro. Un renacer que lo inspiró a contar su historia en diversas entrevistas, además de publicar un libro en el que detalla cómo fueron esos meses de angustia y la tranquilidad de volver a casa.
El libro
Abrí mis ojos lentamente y pude percibirlo… Dios se manifestaba en forma de una cálida luz que entraba por la ventana, envolviendo como un ángel a ese ser humano maravilloso que siempre me ha acompañado, Carla, mi esposa. La vi sentada frente a mí. Instantáneamente me sentí tranquilo, seguro, a pesar de que aún estaba desorientado. Lo primero que reconocí fue su sonrisa y, después, aquella mirada capaz de iluminar mi mundo por completo. No podía sentir más que paz. “¡Estoy vivo!” fueron las dos palabras que cruzaron como estrellas fugaces por mi mente.