Semana Santa 2021: Versículos de la biblia para compartir

El Papa Francisco sostiene el libro de los evangelios durante la Santa Misa Crismal el Jueves Santo el 29 de marzo de 2018 en la basílica de San Pedro en el Vaticano.

Getty Images El Papa Francisco sostiene el libro de los evangelios durante la Santa Misa Crismal el Jueves Santo el 29 de marzo de 2018 en la basílica de San Pedro en el Vaticano.

En esta Semana Santa 2021, los días de la pasión, crucifixión y muerte de Jesús Cristo, nuestro salvador, quien, en su amor infinito hacia la humanidad, asumió la carga del dolor y la tortura para salvarnos. Debido a este gran acto de amor y sacrificio, estos días se convirtieron en los más importantes del catolicismo y la fe cristiana.

Para muchas personas en el mundo esta semana se toma como un periodo de vacaciones y de descanso, ¡esto no esta mal!, pero siempre debemos sacar un momento para reflexionar acerca de todo lo que acontece con nosotros, en el mundo y en nuestro alrededor. Como agradecimiento a Dios y la entrega de su hijo en la cruz, los cristianos debemos limpiar nuestros pecados y culpas, reparándolos de la manera que nos enseñó Jesús: “Amaos los unos a otros, como yo os he amado”, y por tanto nos corresponde ahora demostrar que estamos dispuestos a velar y a ayudar a quienes necesitan de nuestra compañía y servicio.

Ahora bien, en este tiempo que recordamos la parte más conmovedora de la vida de Jesús, no está demás acercarnos a la palabra de Dios a través de las Sagradas Escrituras, y por eso este artículo te trae una serie de citas bíblicas que puedes leer y sobre las que puedes reflexionar para aplicarlas en tu vida cotidiana.

Versículos de la biblia para compartir

• Ahora vamos rumbo a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley. Ellos lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen. Pero al tercer día resucitará. Mateo 20:18-19

• ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva. 1 Pedro 1:3

• Señor, ¡danos la salvación!
Señor, ¡concédenos la victoria!
Bendito el que viene en el nombre del Señor.
Desde la casa del Señor los bendecimos. Salmo 118:25-26

• Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú». Marcos 14:36

• De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida. Juan 5:24

• Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados. Mateo 26:26-28

• “Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud. (DHH) Isaías 53:5

• Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. En el cuerpo, sufrió la muerte; pero en el espíritu fue vivificado…” 1 Pedro 3:18

•“…Y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz. En otro tiempo ustedes, por su actitud y sus malas acciones, estaban alejados de Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos, intachables e irreprochables delante de él, los ha reconciliado en el cuerpo mortal de Cristo mediante su muerte…” Colosenses 1:20-22

• “Porque Cristo no entró en aquel santuario hecho por los hombres, que era solamente una figura del santuario verdadero, sino que entró en el cielo mismo, donde ahora se presenta delante de Dios para rogar en nuestro favor. Y no entró para ofrecerse en sacrificio muchas veces, como hace cada año todo sumo sacerdote, que entra en el santuario para ofrecer sangre ajena. Si ése fuera el caso, Cristo habría tenido que morir muchas veces desde la creación del mundo. Pero el hecho es que ahora, en el final de los tiempos, Cristo ha aparecido una sola vez y para siempre, ofreciéndose a sí mismo en sacrificio para quitar el pecado.” (DHH) Hebreos 9:24-26

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