La relación entre la fallecida Jenni Rivera y su hija mayor Chiquis fue muy cercana. Por años madre e hija fueron inseparables, a tal punto que Chiquis llegó a ser la mano derecha de la cantante, tanto en su vida personal como laboral. Esto, hasta dos meses antes de la muerte de Jenni Rivera, fecha en que la relación se quebró drástica e irreparablemente.
El motivo de la ruptura fue una supuesta traición de Chiquis Rivera, a quien su madre acusó de haber tenido relaciones sexuales con su entonces esposo Esteban Loaiza. La artista optó por divorciarse y de paso sacó a su hija mayor de su testamento, cortando todo vínculo con ella hasta el día de su muerte.
Lo que no todos sabían era que Jenni Rivera pensó en la posibilidad de abortar a Chiquis al enterarse que estaba embarazada. Esto, debido a que la noticia de su embarazo le cayó como un balde de agua fría debido a sus cortos 15 años de edad. Así lo reveló años antes de morir en una entrevista concedida al programa De Primera Mano.
“Fui la primera mujer de la familia, entonces fui la reina de la casa, fui la reina de Long Beach. Cuando salí embarazada yo era una niña de excelentes calificaciones, era una niña de casa, la que le lavaba y planchaba la ropa a mis cuatro hermanos, una señorita de casa. Entonces salir con esto fue una gran decepción para mi madre y una gran tristeza para mi papá”, reveló.
La cantante explicó a De Primera Mano que antes de contarle a su familia pensó en la posibilidad de interrumpir el embarazo.
“En ese momento era demasiado el miedo que tenía, de saber que estaba embarazada. Sí lo pensé, porque ya se hablaba de eso en la escuela, pero yo pensaba que eso costaba miles de dólares y ¿de dónde iba yo a agarrar dinero? ¿a quién le iba a platicar? Fue algo que cruzó solamente mi mente y que afortunadamente no viví, porque esa criatura que yo cargaba, esa niña que estaba dentro de mi ha llegado a ser mi compañera, mi mano derecha en todo en mi vida, en todo está conmigo, y Dios sabía que yo iba a estar en este momento, lo que he vivido toda mi vida y que ella nunca me iba a dejar”, señaló años antes de morir la cantante.
Cuando su familia se enteró del embarazo Rivera se dio cuenta que tendría que irse a vivir con el padre de su hija, José Trinidad Marín. “Mi mamá me dijo bueno, ahora tenemos que enfrentarlo, ahora él te tiene que cumplir y tú tienes que salir adelante. Fue ahí donde dije “Me tengo que ir con él”, admitió. “Él vivía con su hermana, con su familia, y ahí fui a meterme a vivir y ahí empezó mi martirio”, señaló tras revelar que durante los ochos años que duró la relación sufrió de violencia doméstica.