Al margen de su vasta trayectoria en el fútbol profesional vistiendo las camisetas del Manchester United, el FC Barcelona y la Selección de España, Gerard Piqué logró forjar un perfil de empresario que incluye, además del renovado formato que instaló en la Copa Davis de tenis, la adquisición del club FC Andorra.
Hasta febrero pasado, dicho equipo era dirigido técnicamente por Gabri García, quien arribó a la institución proveniente de las divisiones formativas, casualmente, del FC Barcelona. Quizás ese pasado con la camiseta del club catalán haya sido el puntapié inicial para que Piqué lo posicione a Gabri al frente de su plantilla a finales de 2018. No obstante, la situación cambió radicalmente para principios de 2020.
En una inesperada decisión dirigencial, Piqué decidió remover de su cargo a Gabri para darle lugar a Nacho Castro como cabeza del equipo que milita en la Segunda División B de España. Aún incrédulo, el exentrenador del conjunto tricolor contó sus sensaciones a meses de su destitición.
“Me costó entender la decisión, que evidentemente fue de Piqué. Primero me lo comunicó la dirección deportiva y luego él. Él tenía la última palabra. La relación personal quedó bien pero profesionalmente me decepcionó“, disparó Gabri en diálogo con la radio catalana RAC1.
En tanto, Gabri contó el argumento que le dieron al notificarlo de la decisión: “Perdí tres partidos y él y la dirección deportiva entendieron que debían cesarme. Me dijeron que no me veían capaz de revertir la situación para entrar en playoff“.
“Fuimos líderes durante cuatro jornadas y fuimos el tercer equipo de la tabla que más veces fue primero. No son números malos para un equipo que acababa de ascender y que llevaba 20 años sin estar en esa categoría. Se llegó a pensar que subir de Segunda B a Segunda A era fácil“, explicó Gabri, aún dolido por su alejamiento del conjunto de Encamp.
¿Cómo compró Piqué al FC Andorra?
El experimentado defensor catalán desembarcó en el FC Andorra en diciembre de 2018, cuando la institución fue adquirida por Kosmos, grupo inversor que el mismo Piqué preside y del cual es el principal accionista.
Según confirmó en aquel momento Albert Ferré, todavía presidente de la entidad, Piqué se hizo cargo de un club que por ese entonces arrastraba deudas por 300 mil euros -más de 325 mil dólares- y dos resoluciones judiciales que esperaban sentencia.
Con capital fresco y mucha dedicación, Piqué le dio el espaldarazo necesario al FC Andorra para salir del pozo financiero y lograr una refundación sumamente necesaria.
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