Getty Images La película Parasite
De cara al encuentro frente al Betis por la 23a jornada de La Liga, Quique Setién dispuso un curioso ejercicio en la práctica del Barcelona con el objetivo de amplificar los sentidos de sus dirigidos. ¡Y vaya que le dio resultados!
A pesar del turbulento presente que se vive puertas adentro en la institución culé, Setién y su cuerpo técnico decidieron mantenerse al margen de los conflictos entre la dirigencia y el plantel y, por lo tanto, continúan trabajando para conseguir la mejor versión del blaugrana.
En consecuencia, antes de visitar al Betis el actual DT del club catalán dispuso un inusual trabajo sin pelota que realizaron algunos futbolistas. A raíz de haber perdido en una prueba grupal, el chileno Arturo Vidal y el francés Antoine Griezmann fueron los primeros en someterse al peculiar ejercicio. Asimismo, el sitio español Mundo Deportivo informó que el canterano Riqui Puig y el francés Samuel Umtiti también fueron parte de la prueba en cuestión.
¿En que consitió? El trabajo era correr con los ojos tapados para amplificar los sentidos. Ambos futbolistas, que titulares en la victoria por 3 a 2 en el estadio Benito Villamarín, eran seguidos de cerca por un colaborador de Setién, o incluso por el propio entrenador, para evitar alguna caída.
Pero no es la primera vez que Setién sorprende al mundo del fútbol con sus métodos. Durante una conferencia de prensa fue consultado por el “Juego de animales con pelota”, en el cual los participantes se tocaban el balón y, cuando uno lo recibía, quien se lo daba debía gritar “mar, aire o tierra”. Entonces, el receptor tenía que decir el nombre de algún animal que correspondiese a dicho hábitat.
Desde su desembarco en el Barcelona, el director técnico de 61 años ha impuesto algunas modificaciones en el día a día que no eran habituales durante la era Valverde. Un ejemplo es la práctica pactada para el mismo día de un partido, situación que se repite con el anuncio de la convocatoria.
Setién parece haber sacado de su “zona de confort” a Leo Messi y compañía, pero ahora le falta conseguir resultados resonantes que sirvan para opacar el fuego cruzado que existe, por estos días, entre directivos y futbolistas culés.