Novena de Aguinaldos 2024: Día 5 – Viernes 20 de diciembre

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Oficialmente comenzaron las novenas. Desde los más pequeños hasta los adultos, dieron la bienvenida a la Navidad con la tradicional Novena de Aguinaldos para el 2024, en donde las familias y amigos se reúnen desde el día 16 al 24 de diciembre, para rezar la novena, la cual contiene cantos, oraciones y rezos durante estos nueve días frente al pesebre o natividad.

La Novena de Aguinaldos tiene un orden y elementos que son obligatorios y que se repiten sin importar el entorno, durante nueve días y aquí te dejamos una guía completa. Además, de las oraciones, también se comparten preparaciones como la natilla, buñuelos, arroz con leche, galletas y vino.

1. Peregrinación.
2. Oración para todos los días.
3. Oración del día.
4. Oración a la Virgen María.
5. Oración a San José.
6. Gozos
7. Oración al Niño Jesús
8. Villancicos.

 Novena de Aguinaldos 2024: Oraciones y gozos para el día 5

 

 Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que le diste en vuestro hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro hijo humanado, suplicando por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente.

Gloria al Padre (tres veces)

“Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén”.

Quinto día de la Novena

Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Jesús en el seno de su purísima Madre; veamos hoy toda la vida que llevaba también María durante el mismo espacio de tiempo. Necesidad hoy de que no tengamos en ella si queremos comprender, en cuanto es posible a nuestra limitada capacidad, los sublimes misterios de la encarnación y el modo como hemos de corresponder a ellos.

María no cesaba de aspirar por el momento en que gozaría de esa visión beatífica terrestre; la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el cielo durante toda la eternidad, Iba a leer el amor filial en aquellos mismos ojos cuyos rayos deberían esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a ver aquel rostro todos los días, a todas horas, cada instante, durante muchos años. Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud y en la serenidad reflexiva de la edad madura… Haría todo lo que quisiese de aquella faz divina; podría estrecharla contra la suya con toda la libertad del amor materno; cubrir de besos los labios que deberían pronunciar la sentencia a todos los hombres; contemplarla a su gusto durante su sueño o despierta, hasta que la hubiese aprendido de memoria… ¡Cuán ardientemente deseaba ese día!

Tal era la expectativa de María … Era inaudita en sí misma, mas no por eso dejaba de ser el tipo magnífico de toda la vida cristiana. No nos contentemos con admirar a Jesús residiendo en María, sino por esencia, potencia y presencia.

Sí, Jesús nace continuamente en nosotros y de nosotros, por las buenas obras que nos hace capaces de cumplir y por nuestra cooperación a la gracia; de manera que el alma del que se halla en gracia es un seno perpetuo de María, un Belén interior sin fin. Después de la comunión, Jesús habita en nosotros, durante algunos instantes, real y sustancialmente como Dios y como hombre, porque el mismo Niño que estaba en María está también en el Santísimo Sacramento. ¿Qué es todo esto, sino una participación de la vida de María durante esos maravillosos meses, y una expectativa llena de delicias como la suya?

Oración a la Virgen

Soberana María que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado hijo. ¡Oh dulcísima madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

Ave María (tres veces)

“Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

Oración a San José

¡Oh santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan soberanos misterios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abracéis en fervoroso deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.

Se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria a Dios

“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén”.

“Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

“Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén”.

Cantos

Hay dos cantos que son los más comunes y se hacen al inicio y entre cada gozo. Se puede cantar cualquiera, pero lo más recomendable es alternar cada canto.

Canto 1: ‘Ven, ven, ven’: Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús, ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven, ven, ven…

Canto 2: ‘Dulce Jesús mío’: Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto. ¡Ven, no tardes tanto!

Gozos

Después de leer cada gozo se entona un canto, los cuales los asistentes pueden escoger entre los dos cantos, mencionados arriba.

1. Dulce Jesús mío, mi niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven, no tardes tanto!

2. ¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven.

3. ¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!
¡Ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte el brazo!

Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto. ¡Ven, no tardes tanto!

4. ¡Oh, raíz sagrada de Jesé que en lo alto
presentas al orbe tu fragante nardo!
Dulcísimo Niño que has sido llamado
lirio de los valles, bella flor del campo.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven.

5. ¡Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas de regio palacio!
¡Sácanos, Oh Niño, con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!

Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto. ¡Ven, no tardes tanto!

6. ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas tu esplendor veamos!
Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven.

7. ¡Espejo sin mancha, santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano!
¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado!,
y en forma de niño, da al mísero amparo!

Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto. ¡Ven, no tardes tanto!

8. ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas con suave cayado,
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven.

9. ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto
bienhechor rocío como riego santo!
¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado!
¡Luce, Dios estrella!, ¡brota, flor del campo!

Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto. ¡Ven, no tardes tanto!

10. ¡Ven, que ya María previene sus brazos,
do su niño vean, en tiempo cercanos!
¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven.

11. ¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado!
¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!

Dulce Jesús mío, mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven, no tardes tanto. ¡Ven, no tardes tanto!

12. ¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos!
¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto!

Ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas, Jesús ven, ven, ven, ven, ven a nuestras almas Jesús ven, ven a nuestras almas. No tardes tanto, no tardes tanto, Jesús ven, ven.

13. ¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos
Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!

Oración al Niño Jesús

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no que dará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

Villancicos para las novenas

 ¿Cuándo se empieza a rezar la novena de Navidad?

La novena de Navidad comienza a rezarse desde el día 16 de diciembre hasta el 24 del mismo mes.

 ¿Cuándo terminan las novenas de navidad?

Las novenas de Navidad terminan el día 24 de diciembre en la noche, cuando se reza el noveno día previo a la conmemoración del Nacimiento del Niño Jesús, el cual se da a la media noche amaneciendo el 25 de diciembre.

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