Este sábado 12 de diciembre de 2020, miles de feligreses mexicanos, de América latina, y del mundo entero celebrarán el aniversario número 489, que conmemora la aparición de “la morenita” Virgen de Guadalupe.
Esta gran manifestación cultural y religiosa en torno a esta virgen, inicialmente tuvo su celebración dentro del territorio mexicano, pero poco a poco se fue extendiendo a otros lugares del mundo, considerándose, así como uno de los cultos que cada día va más en aumento, haciendo que cientos de millones de devotos propios y del extranjero lleguen hasta su santuario ubicado al norte de la ciudad de México, para conocer, agradecer, y venerar su imagen.
¿De dónde nació la veneración a la Virgen de Guadalupe?
Según publicación del Vaticano, la historia de la Guadalupana se relata en la propia biografía de Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un indígena chichimeca, que “el 9 de diciembre de 1531, mientras se dirigía a pie hacia Tlatelolco, a un lugar denominado Tepeyac, tuvo la aparición de María Santísima, quien se le presentó como la perfecta siempre Virgen Santa María, madre del verdadero Dios. La Virgen le encargó que en su nombre pidiese al Obispo capitalino el franciscano Juan de Zumárraga, la construcción de una iglesia en el lugar de la aparición. Y como el Obispo no aceptase la idea, la Virgen le pidió que insistiese”.
Es así, cuando “el 12 de diciembre, martes, mientras el Beato se dirigía de nuevo a la Ciudad, la Virgen se le volvió a presentar y lo consoló, invitándole a subir hasta la cima de la colina de Tepeyac para recoger flores y traérselas a ella. No obstante, la fría estación invernal y la aridez del lugar, Juan Diego encontró unas flores muy hermosas. Una vez recogidas las colocó en su ‘tilma’ y se las llevó a la Virgen, que le mandó presentarlas al Sr. Obispo como prueba de veracidad. Una vez ante el obispo el Beato abrió su ‘tilma’ y dejó caer las flores, mientras en el tejido apareció, inexplicablemente impresa, la imagen de la Virgen de Guadalupe, que desde aquel momento se convirtió en el corazón espiritual de la Iglesia en México”.
De otro lado para el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, el culto y veneración a la virgen de Guadalupe, data del siglo XVII, y desde entonces su fervor se ha expandido de manera sorprendente entre creyentes y no creyentes, evento que ha motivado a diversos sectores académicos a realizar estudios que den explicación a este gran fenómeno.
Para la UNAM, la conmemoración especial a la Virgen de Guadalupe, tiene su origen los primeros años después de la Conquista de México, en 1525, cuando la comunidad religiosa de los franciscanos, se dieron a la tarea de construir una capilla sobre el cerro del Tepeyac, al norte de la Ciudad de México, con el fin de que los indígenas dejaran de rendir tributo a diferentes deidades como la diosa Tonantzin “nuestra madre” Cihuacóatl; diosa de las fuerzas femeninas de la fertilidad, y las sustituyeran por la devoción a la virgen María, madre de Dios.
Hasta el día de hoy, no se ha logrado precisar el momento en que la imagen de María fue vestida por los frailes con el sagrado manto de la virgen de Guadalupe que se encuentra en la basílica, pero, lo que si afirma el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM es que para mediados del siglo XVI la imagen de “la morenita” como le llaman muchos, ya tenía numerosos devotos. “Desde mediados del siglo XVII hasta la fecha, el culto a la Virgen de Guadalupe ha estado en permanente expansión” dijo Gisela von Wobeser Investigadora del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM.
La celebración en tiempos de pandemia
Aunque en el año anterior, la fiesta de la virgen de Guadalupe convocó aproximadamente diez millones de peregrinos en su basílica, demostrando ser la mayor concentración de personas católicas en el mundo, reunidas en un mismo lugar de procesión, según la arquidiócesis de Ciudad de México, este año va a ser una celebración totalmente diferente, debido a que las autoridades mexicanas tomaron la decisión de clausurar el santuario como una medida preventiva frente a los contagios de coronavirus, un virus que ha dejado hasta el momento 100,000 ciudadanos mexicanos fallecidos, y más de 1 millón de contagiados.
Por consiguiente, las autoridades de la iglesia católica mexicana han hecho un llamamiento a los feligreses para que celebren de manera prolongada esta festividad, destinando los meses de noviembre, diciembre, y enero, para que le sean expresados los agradecimientos a la virgen antes y después del 11 y 12 de diciembre, de una manera más controlada y segura, meses en los cuales la iglesia planea realizar distintas actividades mediante las cuales “las personas puedan dejar su presencia simbólica en el santuario para los días de los festejos”, dijo el rector de la Basílica de Guadalupe, Salvador Martínez.
Explicó el rector Martínez que quienes asistan en fechas diferentes a las estipuladas tradicionalmente en el calendario anual, pueden llevar y dejar sus presentes como veladoras y flores, en homenaje a la virgen morena.
Igualmente hizo una petición para que este acto de festejo sea un acto celebrado en casa y en familia, y que aquellos que finalmente decidan asistir a las parroquias del país lo hagan “siempre respetando las normas de la emergencia sanitaria”. Señaló además que las liturgias durante estos días especiales serán trasmitidas por televisión e internet para que los fieles puedan disfrutar de ellas.
Referente al cierre del santuario, el cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de México, declaró que, en los diálogos sostenidos con las autoridades civiles y eclesiásticas del país, la preocupación común estaba en “la salud y la vida de los feligreses”, y que por tanto el acuerdo para la toma de esta decisión “se llevó en consenso pleno y sin presión de ninguna de las partes”.
A través del diario El Universal, el vicario general de la Diócesis de Querétaro, Martín Lara Becerril, informó que como medida preventiva frente a la pandemia, los días 11 y 12 de diciembre, solo podrían ingresar a la congregación, santuario de la Virgen de Guadalupe en Querétaro, aquellas personas que hubieran solicitado y obtenido un boleto o pasaporte gratuito de entrada, invitando a los fieles a llegar temprano para facilitar y garantizar la entrada, e hizo un llamado de comprensión a quienes no alcanzaran el boleto, invitándolos a participar de la festividad de una manera virtual.
Es de anotar que, hasta el momento, las restricciones no incluirán las misas presenciales, las cuales mantendrán su celebración siempre y cuando las iglesias no superen una ocupación máxima del 25%, pero hay cierta tranquilidad de que no habrá exceso de feligreses pues el porcentaje de asistentes ha disminuido frente al temor que sienten de ser infectados por el Covid-19.
Así mismo, las tradicionales mañanitas del 11 serán transmitidas vía online, ingresando a la capilla solo quienes las entonen, de ahí que habrá una “pequeñísima participación”, aquellos que quieran seguir esta serenata a la virgen, podrán hacerlo desde las 22:00 horas, a través de la página de la Diócesis.
Seguidamente el 12 de diciembre, cada dos horas, desde las 6:00 A.M. de la mañana hasta las 20 horas, se realizarán misas con un aforo de no más de 60 personas, las cuales deben presentar un boleto de entrada a la misa que tiene una duración de 1 hora, y la hora siguiente será destinada a la desinfección del recinto para recibir de nuevo a los asistentes de la siguiente misa.
“El mejor regalo que le podemos hacer a la Virgen de Guadalupe es, con humildad aceptar las disposiciones, para proteger la vida propia y la de los demás”. Lara Becerril.
¿Qué pasará con la celebración en Estados Unidos?
De otro lado, es bien sabido que dentro de los Estados Unidos existe una población migrante mexicana y de latinos que profesa una religiosidad profunda y de devoción hacia la virgen de Guadalupe, pero este año su celebración quedará frustrada al no realizarse ningún evento de festejo, ni su tradicional celebración de la Antorcha Guadalupana, una celebración que hacen los feligreses de varias iglesias de Chicago, en la que tras caminar por casi seis horas para cumplir con la misión de visitar a la Santa Madre en el Cerrito de Des Plaines, regresan a sus comunidades trayendo la llama de la esperanza bendita a sus templos.
El reverendo Esequiel Sánchez, rector del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Des Plaines, Illinois fue quien anunció a principios de diciembre que las celebraciones de la fiesta del 11 y 12 de diciembre en honor a la Señora de Guadalupe, se daban por canceladas debido a la pandemia.
“Después de consultar con el cardenal Blase Cupich, funcionarios arquidiocesanos y gubernamentales sobre la gravedad del curso local de la pandemia, se determinó́ que cerrar las instalaciones del Santuario y transmitir en vivo los servicios es la mejor manera de proteger la salud y seguridad de los miles de peregrinos que visitan anualmente el Santuario”, informó la Arquidiócesis de Chicago.
Así mismo, el padre Sánchez expresó que “La pandemia del Covid-19 ha causado demasiadas dificultades y dolor para muchos”, y “Aunque no podemos observar esta fiesta como lo hemos hecho en el pasado, aun es un momento de oración, petición y esperanza”, dijo el reverendo.
Finalmente, en espera de que algunos fieles no acaten las medidas sanitarias y se acerquen al santuario, la Arquidiócesis de Chicago da un parte de tranquilidad al asegurar que contarán con la ayuda de la autoridad local para mantener el orden y disgregar a las personas.”la policía mantendrá al Santuario seguro, y se encargará de dirigir el tráfico y a las personas para que se aparten del Santuario durante este momento”.
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