En un hecho histórico, científicos han implementado tecnología tridimensional y lograron “desenvolver” la momia del antiguo faraón egipcio Amenhotep I, proceso mediante el cual lograron determinar “detalles sin precedentes” de cómo fue el entierro de dicho gobernante, según informaron los investigadores a cargo del estudio.
Según los resultado publicados por los expertos en la revista Frontiers in Medicine, los escaneos revelaron que Amenhotep I fue enterrado con 30 amuletos y piezas de joyería, incluida una faja metálica con cuentas.
Para lograrlo, los investigadores utilizaron una tomografía computarizada (TC) 3D para observar el interior de la momia de Amenhotep I, que gobernó Egipto desde aproximadamente 1525 a 1504 a. C. La momia del gobernante se encontró completamente envuelta en 1881 y, según los investigadores, es una de las pocas momias reales que no había sido desenvuelta físicamente en los tiempos modernos.
“Este hecho de que la momia de Amenhotep I nunca había sido desenvuelta en los tiempos modernos nos brindó una oportunidad única: no solo para estudiar cómo originalmente había sido momificado y enterrado, sino también cómo había sido tratado y enterrado dos veces, siglos después de su muerte, por Sumos sacerdotes de Amón”, dijo en un comunicado Sahar Saleem, radiólogo del Proyecto Momia Egipcia y primer autor del estudio.
Satisfecho por haber logrado el primer objetivo, Saleem contó: “Al desenvolver digitalmente la momia y ‘despegar’ sus capas virtuales (la mascarilla, los vendajes y la propia momia) podríamos estudiar a este faraón bien conservado con un detalle sin precedentes”.
Los científicos determinaron que Amenhotep I tenía unos 35 años al momento de su muerte
Si bien se creyó originalmente que el faraón Amenhotep I murió cuando tenía entre 40 y 50 años, según un estudio de rayos X realizado en 1932, y otro examen de 1967 que estimó una edad aproximada de 25 años, ahora los investigadores pudieron determinar que el gobernante tenía aproximadamente 35 años cuando murió por causas aún desconocidas.
“Medía aproximadamente 169 cm [5 pies y medio] de altura, estaba circuncidado y tenía buenos dientes”, detalló Saleem.
Además, el científico comentó que “Amenhotep I parece haberse parecido físicamente a su padre: tenía un mentón estrecho, una nariz pequeña y estrecha, cabello rizado y dientes superiores ligeramente protuberantes”.
Mientras que su nombre fue confirmado por inscripciones jeroglíficas en el ataúd, la momia de Amenhotep I estaba envuelta en lino y “cubierta de pies a cabeza” con guirnaldas florales rojas, amarillas y azules. Además, había una máscara con pupilas hechas de cristales de obsidiana.
Las entrañas de Amenhotep también habían sido removidas cuando fue momificado por primera vez, según pudieron constatar los investigadores, pero no así su cerebro o corazón.
Los restos del faraón Amenhotep I sufrieron varias lesiones después de su muerte, posiblemente provocadas por profanadores de tumbas
De acuerdo a las conclusiones de los expertos a cargo del estudio, los restos del faraón Amenhotep I sufrieron varias lesiones después de su muerte, incluida la decapitación y un “miembro superior izquierdo desprendido”, probablemente causado por ladrones de tumbas.
Ante este panorama, los embalsamadores de la 21ª Dinastía enterraron nuevamente la tumba del faraón en Deir el-Bahari Royal Cache, pero antes de ello intentaron arreglar y volver a envolver la momia unos cinco siglos después de la muerte de Amenhotep I.
“Demostramos que al menos para Amenhotep I, los sacerdotes de la dinastía XXI repararon con amor las heridas infligidas por los ladrones de tumbas, restauraron su momia a su antigua gloria y conservaron las magníficas joyas y amuletos en su lugar”, dijo Saleem al respecto.
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