Mientras muchos estadounidenses optan por no vacunarse contra el COVID-19, Michael Freedy, un hombre de Las Vegas, Nevada, que murió la semana pasada por Coronavirus, llegó a la conclusión de que la vacuna es el mejor antídoto para darle pelea a la pandemia. Su esposa, Jessica DuPreez, reveló el conmovedor y último mensaje que su marido le envió antes de perder la vida.
Según una foto que la propia DuPreez le compartió a The Washington Post (The Post), el mensaje de Freedy antes de morir decía: “Debería haberme dado la maldita vacuna”.
DuPreez, de 37 años, le contó al citado medio que tanto ella como Freedy, su esposo, no estaban negados a la vacunación en sí, pero estaban dispuestos a aguardar un tiempo más para conocer las reacciones en las personas.
“Todo lo que estábamos haciendo es esperar un año”, admitió la mujer.
Dolida por la pérdida de su marido y padre de sus dos hijos menores, DuPreez se lamentó al recordar que “mis hijos ya no tienen papá porque dudamos”, según su testimonio en una entrevista para la CNN.
The Post, por su parte, subraya que la gran mayoría de las personas con COVID-19 que mueren están hospitalizadas o no se han vacunado.
En este sentido, una encuesta del Washington Post-ABC News realizada a principios de este verano concluyó que el 29 por ciento de los estadounidenses dijo que era poco probable que se vacunen, incrementando la tendencia de unos meses antes del relevamiento.
Un viaje familiar a San Diego marcó el inicio del calvario de Freedy
En diálogo exclusivo con The Post, DuPreez comentó un viaje familiar a San Diego a mediados de julio fue determinante para que Freedy terminara contrayendo COVID-19.
La mujer recordó que, para ese entonces, la gente ya lucía más relajada ante la pandemia, incluso con multitudes asistiendo a un concierto de Garth Brooks y un evento de UFC en Las Vegas.
Allí, en San Diego, Freedy sería internado a causa de una grave quemadura solar, por la cual no podía comer ni dormir cómodamente, según señaló su esposa. También padecía escalofríos. Sin embargo, los médicos le dieron el alta médica y el hombre regresó a su casa.
Los síntomas persistieron y Freedy se dirigió a otra sala de emergencias, donde finalmente le diagnosticaron COVID-19. Ya con el resultado positivo del test, el hombre retornó a su hogar con instrucciones de aislarse e hidratarse con agua.
Pero al día 3 de cuarentena, Freedy se despertó en plena madrugada totalmente fuera de sí y despertó a su esposa. DuPreez, según confirmó ella misma, advirtió que algo andaba mal porque su marido no lograba ponerse de pie.
Ambos se dirigieron de urgencia a otra sala de emergencias, donde los médicos hallaron una preocupante falta de oxígeno en la sangre de Freedy.
Asustado por las posibles consecuencias del COVID-19, Freedy le enviaba mensajes a DuPreez en los que manifestaba su temor a “los efectos a largo plazo de -lo que esté- sucediendo en mi cuerpo”. La mujer, en su intento por subir el ánimo de su compañero, le respondió: “Ten en cuenta que puedes volver a casa en unos días, trabajar lo más duro que puedas y hacer todo lo que te digan”.
Pero este intento sería en vano…
DuPreez reveló el último contacto telefónico con Freedy antes de su muerte
El estado de salud de Freedy empeoraría definitivamente el pasado lunes, cuando DuPreez recibió mensajes espantosos como: “911 911 911”.
Camino a la sala de terapia intensiva, Freedy le envió a su prometida: “Está bien, lo intenté”.
DuPreez hizo sus últimos intentos por ayudar a Freedy desde la distancia, pero en pleno contacto se empezó a escuchar que los médicos gritaban “‘¡Está codificando!’ y gente corriendo con paletas y pidiendo bisturís, controles de pulso, compresiones torácicas desesperadas”.
DuPreez reveló que el rostro de Freedy se puso morado, y murió en ese instante.
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