Una nevada que azotó a Israel cubrió de nieve las calles de Jerusalén, una de las ciudades más importantes de ese país. Las frías temperaturas y la nieve se deben a la tormenta invernal Elpis. Lejos de significar un problema, los ciudadanos de Jerusalén la reciben con espíritu festivo.
Tal como informa la CNN, los colegios están cerrados. Las imágenes que se reproducen en las redes sociales exhiben a cientos de niños con sus padres jugando en la nieve.
La tormenta Elpis, o Elpida, también pasó por Grecia y Turquía. En este último país afectó especialmente el normal funcionamiento de la vida de la capital, Estambul.
Aunque, como se dijo, Israel recibió la nieve con buena cara, el temporal causó incovenientes a quienes debieron desplazarse para ir a trabajar. Calles y autopistas fueron cerradas para la circulación de automóviles. Sobre el pavimento se registraron capas de hasta 15 centímetros de nieve.
El gobierno de Israel cumplió con su parte: indicó a los ciudadanos que se recluyeran en sus casas y no salieran si no era por un motivo esencial.
En los días previos había caído una fuerte nevada en los Altos del Golán, el área más alta de la región, que también sufrió el cierre de calles y autopistas. Esa nevada hacía prever lo que ocurriría en Jerusalén.
Autobuses suspendidos
Como ya se dijo, la nieve obligó a las autoridades de Jerusalén a cortar calles y autopistas.
Lo que más complicó a la dinámica de la ciudad, sin embargo, fue la interrumpción de todas las líneas de autobuses suburbanos durante el día jueves 27 de enero.
Las autoridades de la ciudad israelí dicidieron no interrumpir el tren que une a Jerusalén con Tel Aviv, capital del país.
El jueves, en Jerusalén funcionó una única vía de tranvía, la que cruza la ciudad de una punta a la otra. Las autoridades bregan para que la gente se traslade lo mínimo e indispensable.
Trabajan para limpiar la nieve
Durante la noche del miércoles y jueves, los servicios municipales de Jerusalén trabajaron intensamente para limpiar las calles.
El gobierno destinó 250 trabajadores quitanieves que arrojaron a las calles un estimativo de 150 toneladas de sal.
Las imágenes de Glio, el barrio de mayor altura de Jerusalén, dan cuenta del poderío que tuvo la nieve. La gente armó bolas que se arrojaban entre sí, una típica postal de alegría invernal.
La nieve también llegó a Ramala y Belén, otros dos puntos altos de la región. En tanto que en las zonas más bajas de la ciudad la nieve no impactó tanto como sí lo hicieron los fuertes vientos y una lluvia de muy bajas temperaturas.
Las nevadas fuertes no son habituales en Jerusalén. La última data del año 2013. Aquella vez se acumularon hasta tres centímetros de nieve en las calles y miles de viviendas se quedaron sin luz por los cortes del suministro eléctrico.