Tras 18 meses de investigación, finalmente la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, concluyó que el ataque al Capitolio perpetrado por lo copartidarios del expresidente republicano Donald Trump, fue incitado por este, y por tanto recomendó presentar cargos penales en su contra.
Puntualmente, el comité de la Cámara de Representantes acusó a Trump de incitar a la insurrección, por obstrucción a un procedimiento oficial del Congreso, y por conspirar difundiendo información falsa por fraude electoral a los Estados Unidos.
En la página siete del resumen ejecutivo, se puede leer: “La causa última del 6 de enero fue un solo hombre, el expresidente Trump, al que muchos otros siguieron. Nada de lo que pasó en aquella jornada habría sucedido de no haber sido por él”, de acuerdo con El País.
Según informa el medio El Espectador, la comisión, compuesta por siete demócratas y dos republicanos, fue encargada de arrojar alguna luz sobre las acciones del expresidente antes y durante el 6 de enero de 2021, cuando se sacudieron los pilares de la democracia estadounidense. La investigación intentó probar que el rechazo de Trump a los resultados de las elecciones de noviembre de 2020 fue parte central de una cuidadosa estrategia para desafiar la Constitución y retener el poder.
Es de señalar, que la última palabra sobre el caso está en manos del fiscal general, Merrick Garland, quien a mediados de noviembre nombró a un fiscal especial para que llevara a cabo de forma independiente toda la investigación al exmandatario.
Hay que resaltar que estas recomendaciones contra Trump u otros exfuncionarios no tendrán ningún peso legal, “ni obligarían al Departamento de Justicia a tomar ninguna medida, pero enviarían un poderoso mensaje simbólico”, explicó Luke Broadwater, del The New York Times.
Por su parte Ronald Weich, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Baltimore y exasistente del fiscal general para asuntos legislativos de la agencia, señaló, de acuerdo con el medio LA Times:
“Esto es histórico: que una comisión del Congreso haya recomendado cargos penales en contra de un expresidente, pero no cambia el hecho fundamental de que el Departamento de Justicia será el que decida a quién se le deben formular cargos. El Departamento de Justicia no debe ser influenciado por ninguna otra rama del gobierno”.
Las conclusiones de la investigación
De acuerdo con El País, y CNN, estos son los 16 puntos que resumen las conclusiones de la investigación:
• 1. La comisión acusa al expresidente de difundir “deliberadamente acusaciones falsas de fraude relacionadas con las elecciones de 2020 con la intención de anular esas elecciones” y, de paso, pedir dinero a sus seguidores. También vincula esos esfuerzos con “la violencia el 6 de enero”, que acabó con un asalto que causó cinco muertos y centenares de heridos.
• 2. Asimismo, el líder republicano sabía que “él y sus aliados habían perdido docenas de demandas electorales”, y aun así se negó a aceptar su derrota. “En lugar de cumplir con su obligación constitucional de ‘velar porque las leyes se cumplan fielmente’, el presidente Trump conspiró para anular el resultado de las elecciones”, sentencia el documento del comité.
• 3. La comisión también considera que Trump presionó a su vicepresidente, Mike Pence, para que hiciera algo que no estaba a su alcance: negarse a certificar el 6 de enero el recuento de los votos electorales en el Congreso. Durante la insurrección, los seguidores de Trump llegados de todas partes de Estados Unidos desfilaron hacia el Capitolio entre gritos de “colguemos a Mike Pence”, mientras el aún presidente lo veía todo por televisión sin mover un dedo, pese a que sabía que era el único con capacidad para detener esa violencia.
• 4. “Trató de corromper al Departamento de Justicia de Estados Unidos” al tratar de empujar a sus funcionarios para “hacer declaraciones deliberadamente falsas y así ayudar en su esfuerzo por anular el resultado electoral”. No solo eso: Trump luego “ofreció el puesto de fiscal general interino a Jeff Clark sabiendo que Clark tenía la intención de difundir información fraudulenta”.
• 5. Según las pesquisas hechas públicas este lunes, Trump presionó a funcionarios y legisladores estatales para que alteraran el resultado legítimo de las elecciones de noviembre de 2020. Esos intentos fueron especialmente agresivos en Georgia, donde un gran jurado designado por un tribunal de Atlanta investiga las intenciones espurias del magnate, que llegó a llamar por teléfono al secretario de Estado para pedirle que buscara “11.780 votos”, uno más de los que lo separaban de Biden.
• 6. También “supervisó un esfuerzo para obtener y transmitir certificados electorales falsos al Congreso y a los Archivos Nacionales” en Washington.
• 7. Igualmente, presionó a varios miembros del Partido Republicano en el Congreso para que lo ayudaran en su cruzada para no certificar los votos electorales.
• 8. La investigación concluye que el expresidente dio por buena información falsa en un escrito dirigido a un tribunal federal.
• 9. A partir de esas teorías falsas del robo electoral, convocó a miles de sus partidarios a un mitin el 6 de enero en Washington. Sabía que muchos de ellos iban armados “y estaban furiosos”, y aun así los alentó a marchar hacia el Capitolio para “recuperar su país”. Este lunes, día en el que el comité pidió el procesamiento de Trump, era también el del segundo aniversario de uno de sus tuits más famosos (y la competencia es realmente dura ahí): “Gran protesta en D.C. el 6 de enero. No faltéis. Será salvaje”, escribió entonces.
• 10. Una vez empezó el asalto, se negó repetidamente a mandar un mensaje a los insurrectos para que cesaran con la violencia. “En lugar de eso, vio el ataque violento en televisión”, dice el informe. En concreto, pasaron 187 minutos, que centenares de parlamentarios pasaron escondidos en el interior del Capitolio, hasta que Trump grabó y emitió un video en el que llamaba a los suyos a irse a casa.
11. Del mismo modo, considera probado que todas esas acciones formaban parte de una “conspiración en varias partes” para mantenerse en el poder.
12. El comité entiende que los servicios de inteligencia supieron que algo se estaba fraguando antes del 6 de enero, y que compartieron la información de la que disponían con el Ejecutivo, el Servicio Secreto y el Consejo de Seguridad Nacional.
13. Esa información era clara sobre una cosa: no había planes de grupos de extrema izquierda, como Antifa, de participar en una contraprotesta violenta el día de la certificación del triunfo electoral de Biden, un trámite que siempre se había desarrollado pacíficamente.
14. El resumen ejecutivo, que cuenta con medio centenar de páginas de notas, también hace referencia a algo que la inteligencia estadounidense y las fuerzas del orden ignoraban: el alcance de la “planificación en curso del presidente Trump, John Eastman, Rudolph Giuliani y sus asociados para anular los resultados electorales certificados”. Tampoco “anticiparon la provocación que el presidente Trump ofrecería en la multitud en su discurso de aquel día”.
15. El comité destaca la “valentía” de los agentes de policía que protegieron el Capitolio, que no “vieron venir la violencia que se produciría”.
16. Por último, los nueve miembros de la comisión consideran que “Trump tenía la autoridad y la responsabilidad de dirigir el despliegue de la Guardia Nacional en el Distrito de Columbia, pero nunca dio ninguna orden para desplegar la Guardia Nacional el 6 de enero ni ningún otro día”. “Tampoco ordenó a ninguna agencia federal que ayudara. Debido a que la autoridad para desplegar la Guardia Nacional había sido delegada al Departamento de Defensa, el secretario de Defensa podía desplegar la Guardia, cosa que finalmente hizo”.
“El comité no ha encontrado evidencia de que Defensa retrasara intencionalmente el despliegue de la Guardia Nacional, aunque reconoce que había algunos en el departamento con preocupaciones genuinas, que aconsejaron precaución” ante la posibilidad de que Trump “pudiera dar una orden ilegal para usar el ejército en apoyo de sus esfuerzos por anular las elecciones”.
LEER MÁS: Farmacias limitan la venta de medicamentos infantiles en ola de virus respiratorios