El caso del anciano Michael Hamilton instaló la polémica entre los habitantes de la ciudad de Miami. El hombre de 70 años acusa al gobierno por haberlo dejado en la calle. Las autoridades tomaron la polémica decisión de demoler su casa alegando que había riesgo de derrumbe.
Hamilton se quejó contra la alcaldía por haberlo obligado a dormir en la calle en plena pandemia de coronavirus. Los medios se hicieron eco de su desgarrador testimonio. Pasó dos días alojado en lo que antes era su patio, ahora tomado por los escombros que dejaron las máquinas enviadas por el Departamento de Construcción.
Un contrapunto entre lo que dice Hamilton y lo que dicen las autoridades es tema de conversación entre los portales de Miami. El anciano asegura que el 18 de agosto encontró colgado en la puerta de su casa un cartel que anunciaba la demolición para dentro de los próximos diez días. Se comunicó al número de teléfono consignado en el anuncio. Según su testimonio, consiguió dar con René Díaz, jefe de la división Estructuras Inseguras.
Hamilton jura que notificó a Díaz que él seguía viviendo allí, que derribar la casa significaría dejarlo en estado de indigencia. Díaz niega haber mantenido ese diálogo con Hamilton.
El abogado del anciano, David Winker, resaltó al Miami Herald que su defendido es capaz de citar con exactitud cuáles fueron las palabras de Díaz. Hamilton refiere términos típicos de un proceso de demolición, lo cual es una evidencia en su favor de que efectivamente se comunicó con las autoridades para pedirles que no derrumbaran la casa.
Winker hace hincapié en el término “cuasijudicial”, una palabra que Díaz le habría dicho a Hamilton. “¿De dónde rayos Hamilton va a sacar esa palabra sino de una conversación con las autoridades”, expresó el abogado, quien aclaró que su defendido mencionó ese término mucho tiempo antes de que él asumiera su representación.
Ahora, el gobierno de Miami intenta solucionar la situación del anciano. El contexto de la pandemia no favorece a su inserción en algún centro para personas sin hogar.
Keith Lorren, quien era su vecina, inició una campaña por redes sociales. Su objetivo inicial era recaudar 10 mil dólares para que Hamilton pueda afincarse en un hotel hasta que el gobierno le asigne una nueva vivienda. La mujer ganó la atención de Representantes del Programa de Asistencia para Desamparados de Miami. Tras un llamado de esa organización, su meta se modificó. Ahora planea juntar 20 mil dólares para comprar una nueva casa y no de depender de la asistencia municipal.
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