Faltan relativamente pocos meses para que el otoño llegue al hemisferio norte y con este viene la incertidumbre de cómo se portará el virus del COVID-19 en esta temporada del año.
Las noticias son poco alentadoras ya que científicos estadounidenses descubrieron que el virus SARS-CoV-2 podría incrementarse y permanecer hasta una semana en el exterior con temperaturas y humedad más bajas, para tener una idea de lo que se dice, los investigadores detectaron que el virus podría mantenerse activo en la ropa de una persona que continuamente sale a la calle durante una semana, eso quiere decir que continuaría infectando durante ese tiempo, a diferencia del verano en el que virus permanecía entre uno a tres días.
El equipo dirigido por Juergen Richt, profesor de microbiología veterinaria en la Universidad Estatal de Kansas, en un artículo no revisado por pares publicado en el sitio web de preprint bioRxiv. org, escribió que la existencia duradera del virus en las superficies en otoño podría “contribuir potencialmente a que surjan nuevos brotes en el hemisferio norte”, y además creen que “el virus también sobreviviría durante más tiempo en interiores en condiciones más frías y menos húmedas”.
En las investigaciones se reveló que el virus de COVID-19 que tenía una vida media promedio, de casi ocho horas en una manija de puerta de acero inoxidable, a casi 10 horas en una ventana, comparándola con la marcada en el verano prácticamente se duplica.
El coronavirus SARS-CoV-2 “se ha adaptado bien a los humanos”, indicaron los expertos de la Universidad Estatal de Kansas. Pero.“para sobrevivir fuera de sus huéspedes humanos, se propaga a través de microgotas respiratorias denominadas “flush” y superficies contaminadas. Se cree que el patógeno prefiere temperaturas y humedad más bajas”.
El virus se aplicó a la superficie de 12 materiales que son utilizadas diariamente por las personas, como goma, guantes, máscaras N95 cartón, concreto, entre otros, con el objetivo de averiguar si la factibilidad de este cambiaba con la temporada y se demostró que “el virus sobrevive más tiempo en las condiciones de primavera-otoño, no en verano”, indicaron los investigadores.
El otoño también podría incrementar el número de casos de otras enfermedades infecciosas como la gripe, lo que podría provocar que los pacientes tengan múltiples infecciones que empeoren sus síntomas, de acuerdo con estudios recientes.
Juergen Richt y sus colegas solicitaron a la gente a mantener la “práctica de una buena higiene personal y desinfección regular de superficies potencialmente contaminadas” para prevenir la propagación del virus.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC) advirtieron, a principios de agosto, sobre la posibilidad de que la situación empeore en otoño. El director del organismo, Robert Redfield, explicó que la gente necesitaba hacer cuatro cosas: “usar una máscara, distancia social, lavarse las manos y ser inteligente con las multitudes”. De lo contrario, dijo, podría ser “la peor caída, desde una perspectiva de salud pública, que hemos tenido”.
El otoño en los Estados Unidos podría impulsar posibles brotes por coronavirus y esto se suma a otros estudios que afirman que los adultos mayores y en particular hombres son más propensos a morir por el nuevo COVID-19.