Aunque parezca una histórica digna de un cuento, el anciano Candelario Gutiérrez, de 80 años de edad, fue declarado muerto en la clínica del Prado de Barranquilla, en Colombia, sin embargo, cuando iba a ser revisado por el tanatólogo presentó signos vitales de manera normal.
La noticia fue sorprendente: Candelario no estaba muerto.
Para muchos podría ser una de esas historias macondianas propias de la mente del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez. Pero lo cierto es que este martes 07 de noviembre de 2019, a las 8:30 a.m, Candelario fue declarado como fallecido por el médico Harvey Ortega, de la clínica el Prado en Barranquilla. No obstante, en la tarde del mismo día resucitó.
Todo ocurrió , según una reseña de el diario El Tiempo, cuando el adulto mayor fue trasladado hasta su ciudad natal Ponedera, municipio donde residía e iba a ser sepultado. Fue en el momento de ser revisado por el especialista Edgardo Ariza, que advirtió que Candelario no tenía las pupilas dilatadas, no presentaba rigor mortis, no estaba frío y movía los dedos.
Sorpresivo chequeo
El médico verificó los signos vitales y solicitó la presencia de una ambulancia con soporte de oxígeno para trasladar al paciente al hospital de Ponedera. Así lo relató el profesor Régulo Yepes, vecino y amigo de la familia de Candelario.
“Me ponen al frente para hacer una colecta, ya que son personas de escasos recursos. Un cajón lo regaló aquí un vecino, recogimos para pagar el carro que lo trajo en un plástico negro en la tarde, en medio de un aguacero. Ya cuando lo iban a preparar, nos dimos cuenta de que el señor está vivo. Ahora mismo lo tenemos en la casa, esperando una ambulancia para llevarlo a un hospital por oxígeno”, relató Yepes.
El anciano tiene afectaciones en los pulmones. Cuenta Yepes que el cuerpo de su vecino incluso fue arrojado bruscamente al llegar al municipio.
“Es un caso que llama mucho la atención y todo el mundo en la urbanización Los Robles en Ponedera está escandalizado”, agregó el allegado a Candelario Gutiérrez.
Ahora lo que buscan los familiares es mantener con vida al anciano, que pareciera que resucitó de la muerte como el personaje bíblico Lázaro.