DESPUÉS DEL 9/11
por Villanueva Collado
En la ciudad imperial,
herida hasta el fondo de su corazón mecánico;
arropados los edificios y las calles
con el tricolor del poder absoluto
repetido hasta el vómito
en bufandas, brasieres, corbatas, calzoncillos,
se aprestan multitudes
al anual rito obsceno de las fiestas
de acción de gracias
y el nacimiento del dios de turno.
Se abalanzan febriles
hacia el supremo sacrificio patriótico:
el ir de compras por lo que no necesitan,
la lujuria del consumo conspicuo,
el frenesí del pague-más-tarde.
Los formadores del pensamiento público
predican las virtudes cardinales
de las que se alimenta el alma colectiva:
el Alzheimer’s histórico,
la retórica de las medias verdades,
la castidad que lleva al adulterio,
las beatitudes del cristianismo anticristiano,
el valor moral de la comida rápida,
las ventajas de renunciar a los orígenes,
la fe en el dios inmanente en el dólar,
el creer que el resto del mundo les odia
porque son tan buenos, y libres de pecado..
Y todo esto,
para honrar la memoria de los sacrificados
a la soberbia del Becerro de Oro
HE VISTO
por Luis E. Prieto
He visto
el horror en las pantallas.
He visto, luego,
al dolor y a las lágrimas
avanzando pesarosas e impasibles
por un mundo abandonado
a sus hambres y a sus miedos.
Y he visto, ahora,
a la venganza miserable y satisfecha
emitir sus pasquines colorados
entre himnos y banderas de justicia.
Me han avisado: la respuesta
será inmensa, larga y sucia…
Y me lo han dicho en las iglesias y en los templos
adornados de banderas
mientras los próceres solemnes y demócratas
del mundo civilizado y bondadoso
daban carta-negra a la sangre venidera
en nombre de la paz y del progreso.
He visto el dolor y he visto las lágrimas,
y ahora tendré que participar en la venganza:
¿en dónde esconder el asco y el repudio
que me va naciendo a cada instante?;
¿qué hacer con este sentimiento novedoso
que va creciendo en mi alma atribulada?
¿por qué coleccionar iras y venganzas
sentado impasible en mi silla confortable?
Fanáticos de ambos bandos: basta ya
de manipular las conciencias de los hombres.
Dejad vuestras iras ególatras y rastreras
bajo mil sepulcros de diálogo
que los horrores y las sangres acechantes
os pasarán la cuenta y os pedirán los réditos.
SUEÑO CON ESTRELLAS
por Aneudis Perez
La tierra de donde vengo
es tumba tuya,
en ella entierras tus muertos…
los vivos míos,
aquellos que creyeron tener
lo que yo tengo/
campo, esperanza muerta, cielo abierto.
Sobre ella tirita la hierba
tu verde sueño
con la que pagas mi sangre
y mi silencio,
una mudez que fue alegría
antes de vernos
y hoy tan sólo es vanidad,
es cementerio.
DEBAJO DE LAS PIEDRAS
por Luis E. Prieto
Deberemos sacarnos millones de palabras
de debajo de las piedras, ahora
que andamos sacralizando el miedo
a ser libres, a sentir libres, a vivir
con la conciencia ni corrupta ni perversa.
Deberemos seguir creyendo en utopías
ahora que se van callando los conceptos
que nos sujetaban a ídolos de barro
por encima de egoísmos partidistas,
de dioses exclusivos, de lenguas maniqueas.
Ahora que medio mundo se cobija
detrás de consignas o banderas
dejadme buscar sonrisas y futuros
aunque sea debajo de las piedras:
saber que los ojos, las manos y las hambres
pueden más que los ídolos impuestos;
sentir que el hombre es indivisible
en el árbol de la vida y de la muerte.
¿Por qué andamos traficando
con el dolor y con las lágrimas?
Solo poseo medio kilo de promesas
para repartir en los caminos,
solo una docena de sonrisas
para el patíbulo del odio.
Debajo de las piedras
habrá que encontrar la paz y la palabra…