Día de San Patricio 2024: ¿Por qué la gente se viste de verde?

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El próximo domingo 17 de marzo de 2024, todo el paisaje en muchas ciudades del mundo y entre ellas las de los Estados Unidos, se teñirán de color verde. Tréboles verdes, duendes verdes, cerveza verde…¡Si, porque se festeja San Patrick’s Day! o el Día de San Patricio.

El Día de San Patricio, patrono de Irlanda es un día festivo que históricamente ha honrado su herencia cultural y todo el legado dejado por este santo a su país.

Pero ¿a qué se debe el color verde?

De acuerdo con el portal 20 Minutos, la historia detrás del uso del verde como símbolo de Irlanda se remonta al siglo XVIII, en el que comenzaron a usar este color como emblema de su identidad nacional y de su lucha por la independencia, cuando, en 1798, los rebeldes irlandeses vistieron uniformes verdes durante la rebelión contra el dominio británico de la isla.

No existe constancia de que San Patricio (evangelizador de la isla durante el siglo V y fallecido el 17 de marzo del 461) vistiese de verde, pero, según indican algunas crónicas y escritos, durante su evangelización, este religioso utilizó tréboles de tres hojas para explicar el misterio de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) a los irlandeses mientras trataba de convertirlos al cristianismo, algo que hizo que dicha planta se convirtiera en uno de los símbolos más reconocidos de la cultura irlandesa y quedase asociada tanto a la posterior celebración del día dedicado a este santo como al propio país, representándose con la misma tonalidad de verde que el color que caracterizaba a Irlanda.

Ese es el motivo por el que el verde es el color asociado y representativo en las celebraciones del Día de San Patricio, encontrándolo en la ropa, decoraciones y alimentos de esta festividad, la cual se celebra no solo en Irlanda sino en un gran número de lugares del planeta hasta donde llegó un gran flujo de migrantes irlandeses (sobre todo a finales del siglo XIX, tras una gran hambruna que padeció Irlanda), llevando consigo sus fiestas y tradiciones.

Como nota curiosa, añadir que la canción ‘The wearing of the green’ (‘El uso del verde’) es una balada cantada en múltiples celebraciones irlandesas (incluido en el Día de San Patricio) siendo un ‘himno no oficial’ y en cuya letra se lamenta la represión de los partidarios de la ‘Rebelión irlandesa de 1798’ (quienes vestían uniformados de verde) y en la que, entre otras cosas, dice: «[…] están colgando hombres y mujeres por el uso del verde […]». Existen numerosas versiones de la letra, siendo la más conocida la de Dion Boucicault.

¿Qué pasa si no se viste de verde?

El que en este día no se vista de verde, lo mas seguro es que reciba pellizcos y mas pellizcos de parte de los duendes. Según el folklore irlandés vestir de verde te hace “invisible” para estos seres mitológicos a quienes les gusta pellizcar. Así que, si no usas ropa o algún accesorio verde, Leprechaum, o Banshee, dos de los más famoso duendes en la lista de duende Irlandeses te darán tremendos pellizcos.

Cabe señalar que esta tradición esta ligada al hecho de que estos diminutos seres eran quienes saboteaban las predicaciones de San Patricio en los templos; ellos no querían que los irlandeses celtas se convirtieran al cristianismo y con estos juegos impedían la predica por lo que San Patricio decidido enfrentarlos con las siguientes palabras:

“En nombre de Dios Todopoderoso yo los expulso, espíritus impuros”. Estas pocas frases sirvieron para que confiase a los duendes fuera de la iglesia, y con ellos consiguió que los druidas dejaran de molestar a los nuevos devotos.

¿Cómo se pasó del azul al verde?

Para entender este cambio hay que adentrarse en la historia de Irlanda. De acuerdo con el portal Carpeta Historia, la isla de Irlanda quedó bajo soberanía inglesa, aunque en forma parcial, desde el siglo XII. Cuatro siglos más tarde, Enrique VIII asumió el título de rey de Irlanda e intentó imponer el anglicanismo, lo que chocó con el catolicismo profesado por la mayoría de los irlandeses. A esto se sumó la política colonizadora de Isabel I, que incrementó la cantidad de soldados ingleses y otorgó tierras en propiedad a ingleses y escoceses que emigraron a la isla.

La subordinación política, religiosa y económica de la población local dio paso, en 1641, a una revuelta, iniciada con el fin de recuperar sus tierras, que desde el Ulster se extendió al resto de Irlanda. Los rebeldes católicos acabaron provocando una masacre de colonos protestantes que fue contestada con la sangrienta represión por parte de las tropas inglesas comandadas por Oliver Cronwell. A continuación se emprendieron nuevas confiscaciones de tierras que consolidaron una clase alta de terratenientes protestantes –mayoritariamente presbiterianos en el Ulster y anglicanos en el resto de la isla–, lo que acentuó aún más la división entre una Irlanda católica y otra protestante.

A fines del XVII, los protestantes (apenas un 20% de la población de la isla) tenían el 86 % de la tierra, mientras que los católicos irlandeses se veían obligados a trabajar las tierras de sus colonizadores y a pagar altos arriendos.

Tras la victoria de Guillermo de Orange a fines del siglo XVII, el protestantismo profundizó su peso en Inglaterra y se pretendió imponerlo también en Irlanda. El Parlamento irlandés quedó dominado por los protestantes y se introdujo una legislación represiva contra el poder económico y social de los católicos: se les prohibió comprar tierras, ocupar puestos en el gobierno y practicar su culto. Esta legislación fue revisada cuando se produjo la independencia de Estados Unidos y frente al temor suscitado por la Revolución francesa: se abolieron las leyes restrictivas respecto al acceso a la propiedad y se otorgó el voto a los católicos, aunque aún quedaban excluidos del poder legislativo, judicial y de la alta administración del Estado.

De acuerdo con el portal Sortira Paris, en 1798, el mismo año en que los británicos encabezaban la segunda coalición contra la República Francesa, en Irlanda maduraba un movimiento de corte interconfesional, la Asociación de los Irlandeses Unidos, liderada por el joven abogado protestante Theobald Wolfe Tone, que impulsó la ruptura de los lazos con Inglaterra. La represión por parte de las tropas británicas dejó en silencio durante un tiempo al movimiento nacionalista irlandés.

Pero, no tardó mucho tiempo para que la rebelión irlandesa estallara, y varios enfrentamientos con la tropa británica condujeron a la guerra por la la independencia y la emancipación católica sucediera.

En la guerra el pueblo irlandés se vistió de verde como representación del catolicismo, basado en el uso del trébol por parte de San patricio para dar explicación metafórica a la Santísima trinidad. El color verde le dio identidad a la nación, y de hecho en las batallas los militantes irlandeses entonaron la canción de guerra ‘The wearing of the green’.

Es detrás de todo este contexto, que la bandera que hoy conocemos de Irlanda tiene plasmados el color verde de los católicos, el color naranja de los protestantes, y una franja blanca en el centro como símbolo de paz entre las dos religiones, según Milenio.

Finalmente, según Mundo Formativo, es de anotar que otra de las explicaciones al uso del verde como color identitario, tiene que ver con el apelativo que se la a Irlanda, como la “isla esmeralda”. Las abundantes lluvias hacen de estas tierras ricos paisajes verdes, de llanos, praderas, bosques, cultivos, y dentro de los que se pueden distinguir hasta 40 tipos de  color verde. 

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