Día de San Patricio 2022: ¿Quién fue San Patricio?

Los observadores del desfile animan a las bandas de música mientras avanzan por la Quinta Avenida durante el Desfile del Día de San Patricio el 17 de marzo de 2008 en Nueva York.

Getty Los observadores del desfile animan a las bandas de música mientras avanzan por la Quinta Avenida durante el Desfile del Día de San Patricio el 17 de marzo de 2008 en Nueva York.

San Patricio, es el Santo Patrono de Irlanda, y uno de los misioneros cristianos más reconocidos en la historia, por el gran legado que dejó en el país. 

Este jueves 17 de marzo de 2022, será su día, y muchos lugares en el mundo lo festejarán. La jornada es una celebración honorífica y de reconocimiento a este personaje, que sin dejar de lado su sentido religioso, se encamina a toda una expresión de tradición cultural, y popular a nivel mundial.

La vida de San Patricio

De acuerdo con Catholic, no se conoce con exactitud los datos cronológicos del Apóstol de Irlanda. Por lo que el santo dice de sí mismo, se supone que era de origen romano-bretón. Su padre Calpurnio era diácono y oficial del ejército romano. Su madre era familia de San Martín de Tours, su abuelo había sido sacerdote ya que en aquellos tiempos no se había impuesto aún la ley del celibato sacerdotal en todo el occidente.



Se dice, que cuando tuvo la edad de 16 años, fue tomado por los piratas como prisionero, al igual que otros jóvenes, para ser comercializados como esclavos. Su esclavista, un pagano del norte de Irlanda llamado Milcho, lo utilizó en el pastoreo y en los cultivos. Varias veces intento escapar, pero no lo logró.

Ese tiempo de cautiverio, de trabajo forzoso y de sufrimiento, lo enfoco para prepararse espiritualmente. “Aún no conocía al verdadero Dios”, y quería vivir una vida diferente, que lo acercara más a la iglesia de Cristo.

Según, Catholicnet, lo más importante es que para entonces, como él lo dice:

“Oraba de continuo durante las horas del día y fue así como el amor de Dios y el temor ante su grandeza, crecieron más dentro de mí, al tiempo que se afirmaba mi fe y mi espíritu se conmovía y se inquietaba, de suerte que me sentía impulsado a hacer hasta cien oraciones en el día y, por la noche otras tantas

Con este fin, permanecía solo en los bosques y en las montañas. Y si acaso me quedaba dormido, desde antes de que despuntara el alba me despertaba para orar, en tiempos de neviscas y de heladas, de niebla y de lluvias. Por entonces estaba contento, porque lejos de sentir en mi la tibieza que ahora suele embargarme, el espíritu hervía en mi interior”.

Pasado el tiempo, tras los rezos y pedir mucho a Dios, Patricio escuchó una voz que le pidió liberarse y huir. Así lo hizo. Recorrió 300 kilómetros hacia la costa para tomar un Barco. El capitán de un navío se negó a ayudarlo inicialmente, pero luego cedió, y le brindó ayuda llevándolo hasta Francia.



Atravesar el mar no fue nada fácil. Pero pasada una tormenta de tres días, por fin tocaron tierra. Caminaron durante casi un mes, tiempo en que se agotaron los víveres.

Patricio narró esta aventura diciendo:


”llegó el día en que el capitán de la nave, angustiado por nuestra situación, me instaba a pedir el auxilio del cielo. ¿Cómo es que nos sucede esto, cristiano? Dijiste que tu Dios era grande y todopoderoso, ¿por qué entonces no le diriges una plegaria por nosotros, que estamos amenazados de morir por hambre? Tal vez no volvamos a ver a un ser humano… A aquellas súplicas yo respondí francamente: “Poned toda vuestra confianza y volved vuestros corazones al Señor mi Dios, para quien nada es imposible, a fin de que en este día os envíe vuestro alimento en abundancia y también para los siguientes del viaje, hasta que estéis satisfechos puesto que Él tiene de sobra en todas partes

Fue entonces cuando vimos cruzar por el camino una piara de cerdos, mis compañeros los persiguieron y mataron a muchos. Ahí nos quedamos dos noches y, cuando todos estuvieron bien satisfechos y hasta los perros que aún sobrevivían, quedaron hartos, reanudamos la caminata. Después de aquella comilona todos mostraban su agradecimiento a Dios y yo me convertí en un ser muy honorable a sus ojos. Desde aquel día tuvimos alimento en abundancia.”



De esta manera, con la ayuda de Dios y la fe de Patricio, lograron llegar a la civilización, y es allí donde finalmente queda libre a la edad de 22 años.

¿Qué hizo San Patricio por Irlanda?

Dice Explored, que poco después de que Patricio retornara al seno de su familia en Inglaterra, él tuvo otra visión de lo que sería su vida. Un mensajero llamado Victorious le presentó muchas cartas provenientes de la “Voz de los Irlandeses,” implorándole que regresara a Irlanda para que les sirviera como un ministro para ellos.

El llamado lo aceptó, y luego de realizar estudios sacerdotales en el país galo, y de ordenarse como obispo, regresó a Irlanda en el año 432, para iniciar su ministerio durante casi treinta años. En este tiempo se dedicó a viajar por todo el país, convirtiendo a ricos y pobres, practicantes del paganismo o druidismo, (filósofos y teólogos de la época), a la religión del cristianismo.

De hecho, en uno de sus sermones, San Patricio famosamente utilizó la abundancia de los tréboles que cobijaban a Irlanda para ilustrar la evasiva naturaleza de la Trinidad. Explicó a sus oyentes que una hoja representa el Espíritu Santo, otra a Jesús el hijo y otra a Dios el padre, pero todas ellas son parte del mismo trébol.

Otro de los reconocimientos a San Patricio, tiene que ver con la infestación de serpientes en Irlanda. La leyenda cuenta que el sacó todas las serpientes de la isla y que éstas se fueron al mar, donde se ahogaron. No está por demás decir que la serpiente era un símbolo pagano, y tal vez, éste sea una historia que respalda que San Patricio eliminó el paganismo de Irlanda.

Su legado

El legado de San Patricio tiene dos lados: uno muy visible y conocido y uno que es más incidental pero muy fortuito y no menos importante. Este legado fortuito tiene sus raíces en las iglesias fundadas por él mismo. Estas iglesias crearon una base sólida en la que casi toda Irlanda fue convertida al cristianismo. Después de la muerte de San Patricio, cada vez más iglesias, conventos y monasterios comenzaron a salpicar el panorama.

Debido a la distancia que los separaba de lo que se consideraba el mundo civilizado (Roma), los irlandeses fueron relativamente intocables por los invasores germánicos que arrasaron a lo largo de todo el Imperio Romano Occidental, en el siglo quinto. Los irlandeses se convirtieron en coleccionistas de conocimientos y tenían hambre de escrituras sobre el tema que fuera. Los monjes irlandeses se hicieron famosos por la recopilación, transcripción y traducción de grandes cantidades de libros, desde la Biblia hasta las obras de Platón, Homero, y Cicerón.

Cuando una banda de asaltantes conocida como “Los Hombres del Norte” comenzó a saquear las costas de Irlanda, Gran Bretaña y Francia, dando lugar a la Era Vikinga, estos depositarios de conocimiento ayudaron a preservar una porción grande de la literatura occidental. De esta manera, los irlandeses fueron inadvertidamente responsables del Renacimiento, que salió al redescubrimiento de estas obras antiguas y que puede atribuirse directamente a San Patricio y a su misión de llevar el cristianismo a Irlanda.

El segundo y más público legado es la celebración, que se produce el Día de San Patricio. En todo el mundo, irlandeses y no irlandesas se reúnen para deleitarse en mucho sláinte, cerveza y gritos de “Erin go bragh.”

Pero el 17 de Marzo es un día para celebrar no sólo todo lo que la cultura irlandesa ha dado y sigue dando al mundo, sino también para recordar a un joven humilde que fue secuestrado de su casa, transformado por su relación con Dios, y llevado de regreso a la tierra de sus captores con el fin de llevar el cristianismo a la gente que amó.

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