La vida de Jenni Rivera y sus hijos cambió radicalmente el 5 de marzo de 2011 con el estreno del programa de reality TV “I Love Jenni”. Ese día cada uno de sus pasos comenzó a ser registrado por las cámaras. Con el programa la popularidad de La Diva de la Banda aumentó exponencialmente y sus hijos se convirtieron en parte de la familia de los latinos de Estados Unidos.
El programa, que seguía la vida de Jenni, de su entonces esposo el beisbolista Esteban Loaiza y de los cinco hijos de la artista, hizo historia en más de una forma. Cuando fue lanzado fue el primer show de reality TV enfocado en una estrella de la comunidad latina. Luego siguieron “Larrymanía” y muchos más en televisión y en las redes, pero hasta en eso La Diva de la Banda fue pionera.
La primera temporada mostró a la artista esforzándose por balancear su vida personal como madre y esposa y su vida profesional. El público la vio relacionándose con la familia Rivera desde el epicentro que era la casa de la matriarca Doña Rosa, la madre de Jenni y la abuela de Chiquis, situada en el distrito de Long Beach en Los Ángeles, California.
Jenni, Loaiza y los chicos vivían en la gran casa de Encino, que la cantautora de música regional mexicana consideraba el símbolo de su éxito.
Fue grabando esa primera temporada cuando Jenni Rivera se estrenó como actriz de la mano de Edward James Olmos. Su rol en la película “Filly Brown”, fue aplaudido por los críticos.
La segunda temporada comenzó con el estreno de su disco “Joyas prestadas”, su último álbum de estudio. Mientras Jenni lanzaba las versiones en pop y banda, malas noticias médicas empañaron el gran éxito de la producción. Un diagnóstico de cáncer de mama casi la destruye, así como problemas en la rodilla.
La vida de Jenni Rivera y de sus hijos había cambiado radicalmente cuando se comenzó a transmitir la tercera temporada. La Diva de la Banda apenas tenía la mitad de la temporada grabada cuando el 9 de diciembre de 2012 la avioneta que la llevaba de Monterrey a la Ciudad de México se estrelló cobrando su vida y la de los otros cinco pasajeros. La separación de Loaiza ya era un hecho y Chiquis ya no vivía con la familia.
Era una época complicada que solo se puso peor, con el fallecimiento de Jenni. La serie acompañó a Chiquis, Jacqie, Mikey, Jenicka y Johnny, así como a los padres y los hermanos de Jenni durante el duelo. El programa enseñó imágenes inéditas de esos días difíciles, incluyendo la mudanza de la tía Rosie a la casa de su hermana y el retorno de Chiquis.
Juntos, los hijos de Jenni y sus hermanos decidieron no continuar el reality, por lo que la transmisión del último episodio fue todo un acontecimiento para ellos y los fans de la artista y la familia. Pero todos entendieron que el momento era demasiado delicado, en especial para los chicos menores Johnny y Jenicka.
El adiós fue temporal, pues tres años después los chicos regresaron con su propio reality “The Riveras”, que también solo tuvo tres temporadas, por la decisión de ellos mismos. Chiquis explicó en su libro “Indetenible”, que la relación entre los hermanos se estaba deteriorando por las presiones de producir el programa.
Aunque ese segundo reality fue muy exitoso, los hijos de La Diva de la Banda tenían muy claro que estaban avanzando por el camino que había abierto su madre. “I love Jenni” fue tan importante que incluso impresionó a los ejecutivos de la cadena de televisión ABC, que le habían ofrecido a Jenni Rivera tener su propia comedia situacional, o sit-com.
Al cumplirse la primera década de su estreno, los hijos de Jenni publicaron en sus redes una foto, con gran nostalgia. Fue el único y último proyecto que todos realizaron con su madre. Todos los episodios están en la plataforma de streaming Peacock.