Día de la Virgen de Guadalupe 2022: Oraciones para compartir

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En este lunes 12 de diciembre de 2022, nuestra señora de Guadalupe cumple un año más de revelación divina ante la humanidad a través del indígena Juan Diego en el cerro del Tapeyec, en el año 1531.

En su cumpleaños, no puede faltar el elevar al cielo una oración o una plegaria para pedirle con gran fe a “la morenita” todas las bendiciones, y la mirada misericordiosa para que nos cobije entre sus brazos de madre, y nos ayude en las adversidades que estemos pasando como personas o como parte de una comunidad que dia tras dia se confunde más en el afán de la vida.

Te invitamos en este artículo a ver las diez bellas oraciones a la virgen de Guadalupe, y a que selecciones dentro de ellas la que más se ajuste a tu petición. También puedes compartirlas a tus amigos o familiares para que ellos también reciban la luz divina de sus milagros.

Diez oraciones para compartir en el día de la Virgen de Guadalupe 2022

1. Padre de Misericordia, que has puesto a este pueblo tuyo bajo la especial protección de la siempre Virgen María de Guadalupe, Madre de tu Hijo, concédenos, por su intercesión, profundizar en nuestra fe y buscar el progreso de nuestra patria por caminos de justicia y de paz. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

2. Oración a la Virgen de Guadalupe por Papa Juan Pablo II:

“¡Oh, Virgen Inmaculada
 Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! 
Tú, que desde este lugar manifiestas
tu clemencia y tu compasión
a todos los que solicitan tu amparo;
escucha la oración que con filial confianza te dirigimos,
y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, maestra del sacrificio escondido y silencioso, 
a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores,
te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
 Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos,
nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos;
ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos bajo tu cuidado,
Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino
de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia:
 no nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas,
 te pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos
de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda
hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes
vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe
y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Concede a nuestros hogares
la gracia de amar y de respetar la vida que comienza.
con el mismo amor con el que concebiste en tu seno
la vida del Hijo de Dios.
 Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias,
 para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión,
enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos
a levantarnos, a volver a él, mediante la confesión de nuestras culpas
y pecados en el sacramento de la penitencia,
que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos
que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.

Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia,
con nuestros corazones libres de mal y de odios,
podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz,
que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
que con Dios Padre y con el Espíritu Santo,
vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén”.

3. “Dios de poder y de misericordia, bendijiste las Américas en el Tepeyac con la presencia de la Virgen María de Guadalupe. Que su intercesión ayude a todos, hombres y mujeres, a aceptarse entre sí como hermanos y hermanas.

Por tu justicia, presente en nuestros corazones, reine la paz en el mundo. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén”.

4. “Santa María de Guadalupe, Mística Rosa, intercede por la Iglesia, protege al Soberano Pontífice, oye a todos los que te invocan en sus necesidades. Así como pudiste aparecer en el Tepeyac y decirnos: “Soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios”, alcánzanos de tu Divino Hijo la conservación de la Fe. Tú eres nuestra dulce esperanza en las amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y la gracia de la perseverancia final. Amén”.

5. “Virgen de Guadalupe, Madre de América. Tiende tu protección sobre todas las naciones del Continente y renueva su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Suscita propósitos de equidad y rectitud en sus gobernantes. Protege a los hermanos de Juan Diego para que no sufran discriminación. Cuida a los niños. Guarda la unidad de las familias… Que desde esta tu Imagen manifiestes siempre tu clemencia, tu compasión y tu amparo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén”.

6. “Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra. Venos aquí postrados ante tu santa imagen, que nos dejaste estampada en la tilma de Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia. Aún siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable ternura: “Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado,” cuando radiante de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac.

Haz que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras. Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la más tierna, la más compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe.

Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros”.

7. Oración para los niños de la Virgen de Guadalupe:

“Madre Santísima, Virgen de Guadalupe: Cuando veo tu imagen en la tilma de Juan Diego me remonto de inmediato a tu presencia en el cielo, y tu solo recuerdo me llena de confianza. Tú bien sabes cuánto me preocupan mis hijos, quiero lo mejor para cada uno de ellos, anhelo que anden por el camino del bien, que sean amigos de Jesús, que protejan y cultiven su vida de gracia; pero ¡están tan expuestos!

Si tú estás con ellos, no temo mal alguno. Pongo a mis hijos: (decir los nombres)
en tu Sagrado Corazón. Tú me confiaste su vida y su educación,
ahora yo te los entrego, Madre mía; que estén siempre bajo tu mirada,
bajo tu dulce y poderosa protección. Tú, que eres Madre, comprendes mejor que nadie la carga de amor que hay detrás de mi plegaria. Quedo tranquila, con la seguridad de que me has escuchado y que estás intercediendo ya por ellos ante tu Hijo Jesucristo. Amén”.

8. “Santísima virgen de Guadalupe, recibe mi agradecimiento por este momento en que te invoco, en este momento acudo a ti para orar por los bebes y los niños. Agradezco al Dios padre todopoderoso, por permitirme esta plegaria. A él le pido colocar en mi boca las palabras precisas para pedirte protección para esos seres cándidos y puros.
 
Santa madre de Dios representado en la tierra por su hijo, quiero pedirte hoy por los bebes y los niños para que los cubras con tu manto y los protejas del peligro. Te ruego madre santa por los bebes
y los niños que se encuentran solos, que no tienen el calor de madre, que no tienen techo que los cubra.
 
Te pido por las criaturas inocentes que no tienen alimentos. No los dejes desolados, ten misericordia de ellos, porque sé que tu bondad es infinita.
 
En nombre de los bebes y los niños que necesitan de una mano, provéeme de la fuerza necesaria para que este rezo llegue a todos los niños del mundo y se sientan cobijados. Sé que puedes madre, eres buena y grande, colócalos en tu pecho y cólmalos de ternura. Sé que puedes escuchar su llanto pidiendo tu protección.
 
Te imploro en esta hora por los pequeñines que les falta la salud. Por los bebes y niños que se encuentran en hospitales, padeciendo graves enfermedades, por ellos también oramos. Me inclino santa madre para pedirte que los apartes de la mano que golpea, alíviales el dolor, sana sus heridas con tu amor.
 
En nombre de tu hijo imploro, aléjalos del infame que viola, del hombre malo que los veja. ¡Madre santa tú puedes! Protégelos de aquellos crueles que los venden, de las madres despiadadas que los entregan por fortuna, sálvalos de los impíos e inhumanos.
 
Oh virgen de Guadalupe, acompáñalos en sus travesuras, protégelos en sus juegos, lena su rostro inocente de ternura. ¡Oh morenita!, tu mano sana el alma. Seca sus lágrimas cuando el dolor los encuentre y aparta de ellos la tristeza.
 
Acompaña su camino hacia la escuela y provéelos de inteligencia. Son también tus hijos madre, protege su infancia, guarda sus noches, impide que sientan miedo.
 
Que el ángel de la guarda los acompañe en sus sueños y despierten felices para iniciar un día llenos de energía, con júbilo celebro la oración y la ventura.
 
Yo se morenita que no es en vano esta suplica, que los bebes y los niños encontrarán en ti la protección que buscan ¡Amén!”

9. Oración a la virgen de Guadalupe para pedirle por los niños enfermos:

“Salve, excelsa Señora de Guadalupe, madre de Cristo Salvador. Santa madre, siempre virgen y llena de amor, recibe nuestra urgente plegaría y llévala ante Dios.
 
Como madre padeciste cada dolor de tu hijo como propio. Sin duda, conoces que los padres sentimos en carne propia cada logro, miedo, angustia o dolor de nuestros los niños.
 
También disfrutamos con sus risas, celebramos sus triunfos, les bendecimos permanentemente para que estén a salvo. Asimismo, lloramos con su dolor y compartimos con ellos todas sus vivencias.
 
No obstante, hoy la preocupación nubla y oscurece la mente y el corazón, por eso, sentimos aflicción por la enfermedad que aqueja a nuestros niños. Agotados los recursos, acudimos a ti madre, sin duda, confiados en tu compasión. Con humildad te rogamos, piadosa señora, escuches nuestro ruego.
 
Oye el clamor de estos padres que no encuentran sosiego. Di la palabra y cúralos, morenita. Como has hecho a otros hermanos, asimismo, restitúyeles la salud. Por tu hijo, nuestro Salvador Jesús
te lo suplicamos, llenos de la esperanza que nos infundes y con fe.
 
Permite que todos sus sistemas funcionen armoniosamente, aparte de que venzan cualquier virus, padecimientos y dolor.
 
¡Haz el milagro madre, te pedimos con amor! Danos el entendimiento y la sabiduría para ayudarles. Que nuestro espíritu, alma y cuerpo proporcionen el alivio, no sólo físico, sino también emocional y espiritual. Confiamos en ti, virgen milagrosa, madre amorosa.
 
Abre tus oídos a esta plegaria que elevamos ante ti y que la luz del nuevo día, traiga el milagro solicitado. Ten piedad de nosotros y de los más pequeños de tus hijos, perdona nuestros pecados.
 
Faltas y omisiones para que, con ese perdón, alcancemos el milagro de la salvación. Intercede por nosotros, santa patrona de Guadalupe. Tú, que cercas del trono de Dios estás, eleva nuestras súplicas que con humildad te dirigimos.
 
Con la certeza que el amanecer glorioso será, esperamos que al despertar, encontremos a los niños sanos, libres de las cadenas de cualquier enfermedad. Seguros de alcanzar la victoria por medio de la fe,
también por ser hijos de Dios y así dijo san Juan en su evangelio: “todo lo que es nacido de Dios, vence al mundo”.
 
Estando en tu presencia, bendita madre, virgen siempre, y por las promesas del padre Dios, creador de todas las cosas, el alma se reconforta y nuestras angustias cesan. Asimismo, descansaremos en
tus brazos amorosos, creyendo en el milagro alcanzado por tu intervención bendita. Y comprometiéndonos en proclamarlo por la bondad dispensada.
 
Te agradecemos madre santa y elevamos nuestros ruegos, en el dulce nombre de tu hijo Jesús, el salvador. Quien ofrendó su vida en la cruz para el perdón de nuestros pecados ¡Amén!”.

10. “Dios te salve María, Señora de la paz, oramos por la paz en nuestro mundo; haznos pacificadores. Dios te salve María, Amiga de la gente común, únenos a través de las líneas económicas; juntos elevemos la causa de los oprimidos. Dios te salve María, Madre de México, ayúdanos tanto apreciar la cultura de América Latina, como trabajar para poner fin a su pobreza. Dios te salve María,

Madre del Niño Jesús, oramos por todos los niños que son víctimas de la guerra y del hambre; luchemos por ellos. Dios te salve María, Esposa del carpintero, José, oramos por los derechos de todas las personas que trabajan duro en todo el mundo, permite que su dignidad sea reconocida. Dios te salve María,
Mujer de todas las generaciones, muévenos a hablar por las personas mayores que carecen de atención médica adecuada y refugio.

Dios te salve María, Madre sin hogar, oramos por aquellos que no tienen un hogar; permítenos abogar por la vivienda asequible. Dios te salve María, Señora de todos los colores, muéstranos cómo amar a todas las personas, desafiando el racismo y la discriminación. Dios te salve María, Madre de nuestro mundo, haznos ciudadanos del mundo, trabajando por la justicia y el bienestar en todo el mundo. Amen”.

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