La celebración conocida como el Espíritu de la Navidad, se remonta a mas de 2000 años en la antigüedad. Su origen es astronómico y su significado primordial era el celebrar el comienzo de la llegada de los días mas cálidos, ya que la tierra estaba en su punto mas alejado del sol.
Los antiguos pueblos nórdicos y celtas celebraban su fe, en torno a los fenómenos de la naturaleza y atribuían a los árboles propiedades no sólo medicinales sino también mágicas. Destaca, Miami Diario que para celebrar con la naturaleza sus triunfos y pedir a los dioses mejores tiempos, estos pueblos celebraban el momento cósmico que sucedía cada solsticio y cada equinoccio. Los druidas (sacerdotes de la naturaleza) dirigían rituales para invocar las fuerzas del llamado Espíritu de la Navidad.
En la actualidad el Espíritu de la Navidad es concebido como una energía que viene desde del centro de nuestro sistema estelar y que llega año tras año para repartir, más que cosas materiales, aquello de lo cual los seres humanos no pueden prescindir: paz, amor, armonía y alegría.
En muchos paises se organizan reuniones con amigos y familiares para darle la bienvenida a esta tradición navideña. La idea es compartir la buena energía en torno a los planes para el próximo año y celebrar las peticiones que se cumplieron del año anterior.
Lo reciben el 21 de diciembre de cada año con rituales para la prosperidad, el amor y la abundancia. Los invitados acuden con una lista de sus deseos que pasan a ser “secretos”, hasta que éstos se cumplan.
Para que entre esa buena vibra navideña, se le espera con la casa limpia y las puertas y ventanas abiertas. Los presentes encienden velas con olor a mandarina y crean una atmósfera cálida para hacer sus peticiones.