En manos de un juez federal de Amarillo, Texas, designado por la administración del expresidente Donald Trump, está el futuro del uso de la píldora abortiva en los Estados Unidos.
La mifepristona usada legalmente en el país desde hace 20 años podría dejar de comercializarse, si el juez Matthew Kacsmaryk, atiende los argumentos presentados este miércoles por el grupo católico Alliance for Defending (la Alianza para la Defensa de la Libertad), que objeta el alto consumo del fármaco y sus consecuencias, y al incumplimiento a la legislación sobre interrupción al embarazo, informó El Mundo.
Según CNN Español, los demandantes piden ahora a este tribunal que haga lo que la FDA estaba y está legalmente obligada a hacer: proteger a las mujeres y las niñas declarando ilegales, anulando y dejando sin efecto las medidas de la FDA para aprobar los fármacos abortivos químicos y eliminar salvaguardias cruciales para quienes se someten a este peligroso régimen farmacológico”, escribieron en su demanda inicial.
En la exposición, además el abogado Erik Baptist, argumentó que sacar del mercado la mifepristona ayudaría a restaurar el poder de la polícia en los estados, el cual fue desestimado por parte de la ley Roe v. Wade en el verano pasado, dejando en potestad de cada estado la legalidad del aborto, según France 24.
Por su parte, de acuerdo con El País, Kacsmaryk ha aumentado el misterio. El juez no ha comunicado ninguna decisión sobre el caso esta tarde, pero ha prometido una decisión “lo más pronto posible”.
Es de señalar que en otra ocasiones, Kacsmaryk ha emitido fallos en contra de casos expuestos por el presidente demócrata Joe Biden, por lo que es muy probable que esta vez no sea la excepción, y la demanda falle en favor de los grupos pro-vida. Mientras se resuelve todo el proceso y hay una respuesta del juez, este juicio es seguido muy de cerca por parte de líderes políticos, defensores de ambas partes, compañías farmacéuticas, reguladores y defensores de la salud pública, informó El País.
¿Qué podría decidir el juez?
De acuerdo con El Debate, Matthew Kacsmaryk tiene algunas opciones: desde dejar el medicamento en el mercado hasta restaurar la normativa sobre la mifepristona que la administración Biden suavizó recientemente. Esos cambios incluyen permitir que las farmacias envíen o dispensen mifepristona.
El juez también podría ordenar el cese de una o ambas prácticas. O podría ordenar a la Administración de Alimentos y Medicamentos – FDA que retire totalmente el medicamento del mercado. Independientemente de lo que decida Kacsmaryk, el fallo probablemente será apelado, y es muy posible que el caso termine ante la Corte Suprema, informó El Debate.
Una decisión que afectaría a todo un país
Según el medio El Colombiano, para Alexis McGill Johnson, presidenta de la asociación de planificación familiar Planned Parenthood, “el caso Amarillo es un llamado de atención para todos aquellos que pensaban que no les afectaba” porque viven en estados que protegen el derecho al aborto. Porque la decisión del juez Kacsmaryk podría extenderse a todo el país.
“Estamos claramente muy preocupados, como debería estarlo toda la comunidad médica. Esta sería una primera vez muy peligrosa”, agregó Johnson en un comunicado. Desde la Casa Blanca, también la portavoz Karine Jean-Pierre , expreso hace diez días que de darse un fallo en contra del uso de la píldora abortiva sería “una decisión devastadora para las mujeres del país”.
¿Cómo funciona la píldora abortiva?
Esta píldora abortiva no funciona como la del día después. De hecho esta actúa en conjunto con otro fármaco, el misoprostol, los cuales actúan cuando ya hay seguridad de una concepción y la intención es interrumpirla.
La mifepristona se toma inicialmente para terminar el embarazo al actuar sobre la hormona de la progesterona, mientras que el misoprostol lo que hace es que el producto sea eliminado a través de las contracciones y el sangrado.
Se puede tomar hasta diez semanas después del último periodo, y el procedimiento pueden realizarlo las mujeres desde su casa, sin tener que acudir a un hospital para ser asistidas, informó France 24.
De prosperar esta demanda, cerca de 40 millones de mujeres de todo el país y en edad reproductiva podrían perder el acceso al aborto farmacológico, sumándose a las 24.5 millones de mujeres que viven en estados donde es prohibido este procedimiento. Así lo explicó el grupo de defensa del derecho al aborto NARAL Pro-Choice America.