La hecatombe que sufrió el Barcelona en Lisboa fue algo que los azulgranas nunca habían sufrido nunca en competiciones europeas a lo largo de su historia. Los de Quique Setién fueron humillados por el Bayern de Munich, que marcó definitivamente el final de una era en Barcelona. El resultado lo dice todo: 2 a 8.
Anfield y Roma quedaron cortas al lado de lo que se vivió en Lisboa. Baño para la historia. Todo el mundo podía imaginar que el Barcelona era realmente el equipo pequeño en esta eliminatoria, pero nadie que el conjunto catalán fuese pisoteado de esa forma. En Diario AS, Santi Giménez lo explica bien: “Parecía difícil superar lo de Anfield y caer más bajo, pero parece que no hay reto que este equipo no pueda superar.”
No mostró ni un ápice de orgullo el Barcelona, que de esta manera se despide definitivamente de aquel proyecto triunfador que llegó en 2003 con la elección de Joan Laporta como presidente de la institución. Son cuatro años acumulando fracasos sonados en Europa.
Inicio frenético, el Barcelona perdona y el Bayern empieza su recital
Salió claramente Quique Setién a buscar el control del partido, intentando adormecerlo a través del control de la pelota con un 4-4-2, en que el gran sacrificado fue Griezmann y el beneficiado Arturo Vidal, para dar músculo al centro del campo. Ni rastro de Ansu Fati ni Riqui Puig.
Tres minutos después, quedó claro que de control habría poco. Tras tres pérdidas de balón de Sergio Busquets en el centro del campo, a la tercera Lewandowski pudo conectar con Müller, que no falló. Circunstancialmente, los azulgranas reaccionaron con una buena jugada por banda izquierda que terminó en gol en propia portería de Alaba. Hasta Suárez y Messi tuvieron la oportunidad de avanzarse en el marcador… pero nada. Los primeros 15 minutos fueron un espejismo.
A partir del 20, empezó el vendaval del Bayern. En 12 minutos, 3 goles que sentenciaron la eliminatoria. Perisic, Gnabry y Müller de nuevo pusieron el 1 a 4 antes del descanso, que ya dejaban claro que la noche iba camino de pesadilla.
El único cambio de Setién en la media parte fue quitar del once a Sergi Roberto y situar a Griezmann como extremo.
Hubo un tímido intento de esperanza, con un buen gol de Suárez en el 65 que situaba el 2 a 4 en el marcador. Fue la única noticia del Barcelona en ataque durante toda la segunda parte.
No hubo más ímpetu. No hubo nada. Los de Setién se defendían como podían ante el acoso constante del Bayern de Munich. Los últimos 25 minutos fueron una humillación constante. Sin control del balón y sin ganas. Ansu Fati entró para sacudir el encuentro, pero ya era demasiado tarde.
Kimmich y Lewandowski anotaron el 2-5 y el 2-6. Pero lo peor aún estaba por llegar. La guinda del pastel fue la entrada de Coutinho, un jugador suplente en este Bayern, cedido de un Barcelona que pagó en 2018 120 millones de euros por él. Pues bien, el brasileño marcó el séptimo y el octavo para que la humillación aún fuese mayor. El fichaje más caro de la historia del club, aún en propiedad del Barcelona, le marcaba dos goles a su equipo pese a entrar como suplente. Aquí les dejamos el resumen entero:
Hecatombe. Humillación. Pesadilla muy muy negra. Fin de ciclo (si es que no lo ha sido ya en estos últimos años). Tocan cambios. Jugadores, entrenador y, sobre todo, presidente. Veremos si el actual presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, tiene la decencia de dimitir o aún espera otro año más de letargo para convocar elecciones. Son tiempos muy difíciles en el Barcelona.
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