Afasia: ¿Qué es, cómo se puede detectar y tratar este trastorno?

Una imagen de un cerebro humano tomada por un escáner de tomografía por emisión de positrones, también llamado escáner PET, se ve en una pantalla el 9 de enero de 2019, en el Centro Hospitalario Regional y Universitario de Brest (CRHU - Centre Hospitalier Régional et Universitaire de Brest) , oeste de Francia.

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Una imagen de un cerebro humano tomada por un escáner de tomografía por emisión de positrones, también llamado escáner PET, se ve en una pantalla el 9 de enero de 2019, en el Centro Hospitalario Regional y Universitario de Brest (CRHU - Centre Hospitalier Régional et Universitaire de Brest) , oeste de Francia.

Hace pocos días, uno de los grandes de la actuación le dijo adiós al mundo del espectáculo. La familia del protagonista de “Duro de matar”, Bruce Willis informó a través de sus redes sociales de su retiro del mundo de las cámaras por padecer de Afasia.

Pero, ¿qué es la Afasia?

La Afasia es un trastorno médico que se origina por una lesión en alguna parte del cerebro responsable del lenguaje. Generalmente está ubicada en la parte izquierda del mismo, afectando la capacidad del habla, la escritura, y la comprensión. El trastorno puede aparecer junto a otras condiciones como la disartria o la apraxia del habla, según el portal NIDCD.

¿Qué causa la Afasia?

Hay que aclarar que la afasia no es una enfermedad, es un trastorno ocasionado por una lesión en el cerebro, en el área del lenguaje.

Señala Cinfa Salud, que una de las causas más frecuentes de este trastorno es el accidente cerebrovascular, que se produce cuando un vaso sanguíneo se bloquea o rompe, lo cual impide que el flujo de sangre llegue a todo el tejido cerebral. La falta de oxígeno acaba provocando la destrucción de las células del área afectada.

Otras causas comunes de afasia son los tumores cerebrales, los traumatismos craneoencefálicos causados por golpes en la cabeza y las infecciones. También puede estar provocada por trastornos neurológicos graduales como un tumor de crecimiento progresivo, la enfermedad de Alzheimer o, en algunos casos, por la afasia primaria progresiva (APP), causada por una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central.

Este tipo de afasia puede evolucionar a una demencia generalizada en algunas ocasiones y también puede estar relacionada con la enfermedad del Alzheimer. En estos casos, la afasia se instaura de manera gradual conforme avanza el problema que la origina.

Algunas veces, puede haber episodios temporales de afasia producto de migrañas, convulsiones o un accidente isquémico transitorio -una alteración de la función cerebral que suele durar menos de una hora.

¿Cómo y a quién afecta?

La afasia no distingue de edad, raza o sexo. Puede sufrirla tanto un niño como un adulto, sin embargo, es más común en personas adultas y ancianos.

Como se indicó anteriormente, quienes la padecen ven afectada la expresión del lenguaje, y las manifestaciones tienen que ver con el tipo de afasia que se padezca.

Tipos de afasia

Existen varios tipos de afasia. Las personas afectadas suelen padecer más de uno y, en ocasiones, se solapan entre sí.

• Afasia receptiva o de Wernicke: La persona sufre dificultades para comprender el lenguaje, tanto hablado como escrito. Aunque escucha la voz de su interlocutor o puede ver las palabras escritas en un papel, no logra entender lo que escucha o lee -lo que se conoce como alexia-. Además, suele hablar con fluidez y con un ritmo natural, pero las frases resultan confusas, sin coherencia y a veces están compuestas por palabras que no están relacionadas entre sí. Todo ello ocurre sin que la persona sea consciente de que lo que dice no tiene sentido y no se dan cuenta de que los demás no les entienden. Lo mismo sucede al escribir.

• Afasia expresiva o de Broca: La persona afectada por este tipo de afasia suele entender el significado de las palabras y sabe qué desea responder, pero encuentra dificultades para hallar las palabras adecuadas. Habla sin fluidez ni ritmo, con mucho esfuerzo, con oraciones muy cortas y omitiendo palabras. A pesar de ello, su discurso tiene sentido para sí mismo, y los oyentes suelen poder entender lo que quieren expresar.

Generalmente, ellos pueden comprender mejor lo que los demás les quieren decir que lo que ellos pueden expresar. Se suelen dar cuenta de sus problemas para expresarse y pueden verse afectados anímicamente por ello. También suelen ser incapaces de escribir. Estas personas suelen asociar una dificultad de movimiento en la parte derecha de su cuerpo.

• Afasia anómica: Es el trastorno afásico más común, en el cual el problema estriba en recordar o adjudicar los nombres correctos a las personas, objetos o lugares. La mayor parte de las personas con afasia sufren también esta variante.

• Afasia de conducción: Se trata de la pérdida de capacidad de repetir lo que se oye. Con frecuencia, la persona con este tipo de afasia usa palabras equivocadas o articula oraciones sin sentido.

• Afasia global: Es la forma más grave, ya que implica la pérdida casi total de la capacidad de comprender, hablar y escribir. Es decir, la persona ya no puede comunicarse por medio del lenguaje. Puede suceder que conserve la capacidad de decir palabras malsonantes, porque el hemisferio derecho del cerebro, el relativo a las emociones, no está dañado.

¿Cómo se diagnostica la afasia?

• Evaluación médica
• Pruebas estandarizadas de la función cerebral
• Pruebas de diagnóstico por la imagen, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear

Por lo general, los médicos pueden identificar la afasia hablando con el paciente y haciéndole pocas preguntas. Sin embargo, necesitan asegurarse de que los problemas aparentes con el lenguaje no están causados por problemas de audición o de visión, o por problemas musculares o nerviosos que afectan al habla o la escritura, incluyendo la disartria.

Esta última, la disartria, es un trastorno del habla debido a una lesión que afecta los nervios y los músculos que controlan la capacidad de hablar (la capacidad de pronunciar físicamente sonidos y palabras).

Los médicos evalúan si las personas hablan con fluidez, si les resulta difícil empezar a hablar, si tienen dificultad para encontrar palabras o nombrar objetos, y si repiten frases. Los médicos también comprueban lo bien que estas personas entienden lo que se les dice. Por ejemplo, si pueden entender y llevar a cabo una orden. Se les pide que escriban y lean en voz alta.

Algunas pruebas estandarizadas de la funcionalidad cerebral (pruebas neuropsicológicas) pueden ser realizadas por un neuropsicólogo o por un logopeda terapeuta del habla y del lenguaje. Las pruebas neuropsicológicas proporcionan información sobre el funcionamiento de las diferentes áreas del cerebro.

Estas pruebas pueden ayudar a los médicos a identificar la afasia que solo causa síntomas leves. Estas pruebas también ayudan a los médicos a planificar el tratamiento y determinar la probabilidad de recuperación.

Se realizan pruebas de diagnóstico por la imagen, como la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética nuclear (RMN), para averiguar qué tipo de daño cerebral causa la afasia. Si se sospechan otras causas, pueden realizarse otras pruebas.


Pronóstico de la afasia: El grado de recuperación de una persona está influido por los factores siguientes:

• Los síntomas dependen del tamaño y de la localización de los tumores.
• El grado de deterioro del lenguaje
• La respuesta al tratamiento

En menor grado, la edad, la formación y el estado de salud de la persona: Los niños de menores de ocho años a menudo recuperan la capacidad de usar el lenguaje, incluso cuando el cerebro ha sufrido un grave daño. En las personas mayores de ocho años, la mayor parte de la recuperación se produce dentro de los tres primeros meses, aunque pueden continuar mejorando hasta transcurrido un año.

¿Hay un tratamiento?

Durante los primeros tres meses es cuando se produce la mayor parte de la recuperación, aunque a veces este proceso de mejoría puede continuar durante un año o dos. En algunos casos, la afasia puede desaparecer completamente, incluso sin tratamiento, aunque por lo general, un poco de afasia permanece.

No obstante, a menudo es necesario llevar a cabo terapia del habla y del lenguaje tan pronto como sea posible, ya que, cuanto antes se inicia la terapia, más efectiva es. Su objetivo es ayudar al paciente a recuperar las habilidades comunicativas que ha perdido y ayudarle a usar las que ha conservado.

Este tipo de rehabilitación, que ha de adaptarse a las necesidades de cada paciente, incluye logopedia y ejercicios de lectura, escritura, seguir instrucciones y repetición de palabras. Como complemento, puede recurrirse a terapia asistida por ordenador, que puede llevarse a cabo desde el hogar.

A veces, se enseña a la persona a aprender otras formas de comunicación como, por ejemplo, por medio de gestos o imágenes o mediante aplicaciones de generación de voz desde dispositivos electrónicos como tabletas.

La terapia individual puede complementarse con la grupal, que ofrece la oportunidad de utilizar las habilidades de comunicación adquiridas o recuperadas en un grupo pequeño de personas y en un ambiente seguro.

En cualquier caso, el apoyo y participación de los familiares, que deben aprender a comunicarse con sus seres queridos, constituye una parte esencial del tratamiento. Por ejemplo, deben usar frases cortas y sencillas al hablar, repetir o escribir las palabras clave siempre que sea necesario y dar mucho tiempo para hablar a su allegado.

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