Serie-José de Egipto: ¿Qué pasó en el Capítulo final?

Cortesía Univision

La historia de un hombre justo y misericordioso que fue vendido como esclavo por sus propios hermanos, pero que gracias a su fe y el  don que Dios le dio para interpretar los sueños, se  convirtió en el segundo hombre más poderoso de Egipto, llegó a su final .

La serie “José de Egipto”, protagonizada por Ángelo Paes, Mayté Piragibe, y Celso Frateschi, junto a un gran elenco de actores brasileños, atrapó a la audiencia de Estados Unidos a través de la pantalla de Univisión a las 8 de la noche.

Producida por Rede Record, noche a noche este relato basado en la Biblia nos llevó a la dimensión humana de José,  un niño amado por sus padres, odiado por sus hermanos, pero ampliamente guiado y respaldado por el Rey de Reyes.

¿Qué sucedió cuando por fin se reencontró con su padre y su familia?  ¿Cómo terminaron aquellos que le hicieron mal?  Te lo contamos aquí.

1. José y Asenat reconocen su valor


En casa de José  se encuentran él y su esposa Asenat . Ella está agradecida porque Dios los puso en el camino,  que de no haberlo encontrado no tendría el amor y la felicidad que reinan en su vida. “Tú cambiaste la vida de muchas personas empezando por la mía”, le afirma la joven.

El hijo de Jacob, que no puede dormir por la ansiedad que le produce ver de nuevo a su familia, reconoce que ha vivido muchas situaciones difíciles, pero que no está amargado, ni tiene odio en su corazón. Le cuenta a su mujer, todo el trabajo que pasó cuando era un esclavo.

“Cuando estaba como esclavo  buscaba piedras preciosas, pero no era fácil encontrarlas en la superficie. Bajo un sol inclemente, recibiendo latigazos, las manos dolían y sangraban, pero cuándo alguien encontraba una piedra preciosa, sentía que por la luz y la  belleza de esa piedra, todo valía la pena, así se alcanza la pureza”.

La bella esposa de Zafnat Panea, conciente del contenido de esas palabras le dice: “José, tu eres mi tesoro”, pero él la interrumpe y le replica: “No, tú eres mi joya”.

2.Dios le dice a Jacob que vaya a Egipto

En lo alto de una montaña se encuentra Jacob, pidiéndole a Dios que los guíe, antes de reunirse con el hijo que creía muerto.
“No tengas miedo de ir a Egipto,te traeré de regreso a Canaán. Tú hijo José cerrará tus ojos”, le dice el Padre de Jesús.

El anciano, parte con todos los miembros de su familia para Egipto y le pide a su hijo Judá que se adelante y le diga a José, que ellos van camino a encontrarse con él. Este le avisa al segundo hombre más poderoso de Egipto,  que se quede tranquilo que pronto se reunirá con su padre. “El corazón se me sale por la boca” le dice José muy emocionado.

3. El reencuentro de José con su padre y su familia


Cortesía Univisión

Jacob mira maravillado como es Egipto. Su hijo predilecto, viene a su encuentro y ambos se miran con gran emoción.

En una escena en la que a cualquiera se le salen las lágrimas, Jacob camina hacia José soltando su bastón, toca la cara de su hijo al que hasta hace poco creía muerto, pasa sus manos por los  brazos, y el cuerpo de José.  Su hijo lo mira emocionado y ambos arrodillados uno frente al otro, se abrazan y lloran, mientras el resto de la familia los mira.

Facebook

“La última vez que te vi eras un niño y ahora eres todo un hombre, atractivo y fuerte”, le dice Jacob, mientras su hijo le responde: “Dios cuidó de mí y yo lo alabo por eso.”

El padre del Visir de Egipto,  agrega: “Le agradezco a Dios por haberme  conservado vivo hasta el día de hoy, ya vi tus ojos, ya puedo cerrar los míos”.  Su respetado hijo, le responde con una contundente afirmación:  “No padre, vivirás por muchos años”.

A José se le acerca su hermana Dina. Él la mira y le dice que ella le hizo mucha falta, que está hermosa.  “Estas tan cambiado  con esa ropa y ese maquillaje, pero sigues con esa mirada dulce”, le acota ella. Ambos se funden en un lindo  abrazo y Dina le presenta a su pequeño hijo y a su esposo Jibar.

El hijo de Jacob, pregunta por Lía y Dila, pero su padre le responde que “el Señor se las llevó”.

Seguidamente, uno a uno sus hermanos, comienzan a presentarle sus hijos a José. Una reunión familiar dónde reinó la sinceridad y el amor.

4. Sati vagó por las calles y Putifar rehizo su vida

La ex esposa de Putifar, la orgullosa Sati,   con la cara cubierta por un velo, le suplicó a Mitri, que le diera algo de comer porque tenía hambre.  El hombre, la mano derecha del Visir de Egipto, se conmovió de la mujer que traicionó a su esposo y mandó con una mentira a la cárcel al inocente José. El siervo,  le dio una bolsa de trigo.

Entre tanto, el ex esposo de la bella e infiel Sati,  comparte su vida con otra mujer,  y disfruta de las riquezas  que tiró a la calle con su infidelidad,  la perversa Sati.

En el desierto el ex sumo sacerdote, Pentefres,  ve a sus dioses, y les pregunta donde están las piedras preciosas. Ellos le dicen que el mundo de los muertos le esperan.  El padre de Azenet  se corta las muñecas y se deja morir.

‌El Ex sumo Sacerdote, Pentefres.

5. El  Faraón le da la bienvenida a la familia de José

José trae a su casa a los integrantes de su  familia y les presenta a su adorada Azenet y sus 2 hijos Manasés y Efraín.  Mitri llega feliz a la casa del Visir, para decirle a los familiares del Gobernador que le sigan, para mostrarle  las casas donde vivirán.
El segundo hombre más importante de Egipto, va con su padre, su hermano menor y sus hermanos mayores a ver al Faraón.

Todos bajaron sus cabezas en señal de respeto ante Apofi y su esposa.

Ellos le dijeron al Faraón que son Pastores y que también saben sembrar y cosechar. El jerarca, se dirigió al padre de José:

“Jacob ó Israel como también le llaman. Si no fuera por José, hubiesemos perecido. A todos no ha bendecido con su trabajo. En mi tierra se adoran a muchos Dioses, y respetamos al  Dios de ustedes que no se puede ver”.

Por su lado Jacob, le dijo: “No tenemos que verlo, él esta aquí, si quiere recibir su bendición.  Que le de discernimiento, sabiduría, salud, vigor, que juzgue con justicia y piedad, que reine con humildad y poder;  que su esposa esté siempre a su lado, sea sabía en todos los momentos de sus vidas”.

El Faraón le dio las gracias y le dijo  a los hermanos de José: “sean fecundos y multipliquense”.

6. Celebración familiar


En la casa de José se reunen todos a cenar dandoles las gracias a Dios por la abundancia  a pesar de la crisis.  El Visir de Egipto,  radiante de felicidad, levanta su copa para decir: !Viva!, es tiempo de celebrar.  Todos danzan felices.  Terminada la reunión Jacob lleva  a su padre a una gran ventana para que vea las estrellas.

El anciano, le dice a su hijo que se siente joven de nuevo. Qué  cómo se puede dormir en un día como ese.  Él le hace prometer a José, que cuando fallezca lo vaya a sepultar  en Canaán con sus antepasados.

7. El adiós a Jacob


Muchos años después, José manda a llamar a sus hermanos porque su padre no está bien de salud. Ante el lecho del enfermo, pasan sus nietos Manases y Efráin.
“Dios me hizo ver también a tus hijos. Me ha sustentado, me ha librado de todo mal, que bendiga a estos jovenes, que crezcan en multitud en medio de esta tierra”, dice Jacob.

Seguidamente, pasan a verlo sus hijos y  el que fuera esposo de Raquel, fallece. José embalsama el cuerpo del que fuera su padre y el Faraón ordena que se prepare un cortejo para el padre del Visir y que todo Egipto lo llore.
José, vestido como hebreo sale encabezando el cortejo fúnebre que los llevara a Canaán a sepultar a su progenitor. Con él, están Putifar, Mitri y toda su familia. Atraviesan el desierto.

Luego de despedir a Jacob, José desde lo alto de una montaña en la tierra donde nació, recuerda a su madre y a su padre, su infancia y a su hermano Benjamin. El bendecido hombre abre sus brazos mirando al cielo mientras dice: “Mi tierra cuánto la extrañé. Está es la tierra que Dios nos prometió. Un día regresaremos y se cumplirá lo que dijiste en cada uno de sus hijos. Qué Dios te reciba con sus brazos padre. Descansa en Paz”.

Se ve un pergamino con la figura de José, que dice que tras décadas al frente de Egipto y con 110 años,  José falleció. Durante sus días en la tierra le tendió la mano a los pueblos y personas que se acercaban a él en busca de ayuda. Mientras en el fondo se escucha la promesa que Dios le hiciera a Jacob:
“Te haré fecundo y te multiplicaré. “De ti haré naciones, Reyes descenderán de ti. Estableceré una alianza perpetua entre tu, yo y tu descendencia”.

FIN